jueves, mayo 17, 2007

Manipulación en el 2 de mayo

(Escrito 9 horas después de que ocurriera en mi blog de Qué [http://www.quediario.com/blogs/3676/], y reunido en éste ahora)

Yo estuve allí. Y estuve a mi rollo, pasando un buen rato con los colegas. Estuvimos bebiendo. Sin meternos con nadie. Y aunque suene a lo de siempre, a la eterna excusa: fuimos seres pacíficos, así como el grueso de los allí presentes. Sin embargo, viendo lo que allí vi, antepongo la seguridad ciudadana a mis ganas de pasármelo bien en las fiestas de mi patria chica donde toda la vida se han celebrado. Tristísimo.

A cosa de las doce y media llegamos a la zona. En ese punto de la noche observamos que el plan de seguridad no consiste más que en el capricho de impedir que nadie entre a la plaza del “dosde” con bebidas alcohólicas. La decisión puede ser defendible, pero es que no se estaba siendo consecuente. Todas las calles colindantes estaban atestadas de gente disfrutando de las fiestas, de sus excesos y si es que esta es la excusa: sin dejar dormir a los vecinos. ¿Recuerdan la que se montó en Tenerife porque se querían prohibir los carnavales? Dado que la policía hacía mucho más ruido que nosotros, supongo que esa no será la excusa. A menos que el mundo sea hipócrita. ¿Por qué no lo es, no?

Pasé más de dos horas de agradable fiesta y casualmente salimos de la calle de La Palma, para dar una vuelta por ahí. Hasta entonces, las tres de la madrugada, estaba todo tranquilo. En la calle Barceló, de repente, empezamos a ver cómo empiezan a llegar un montón de policías. Callejeando por las calles periféricas observamos que la policía prácticamente había acorralado a los que aún estaban en el jolgorio. Miles de personas. Y entonces ¿que pasa? Una minoría de ideología antitodo empieza a propasarse arrojando botellas de litro de cerveza a la madera.
Antes de continuar, que quede claro que yo no me quejo de la cortada de rollo de la policía, pues lo más inteligente hubiera sido pasar la noche en cualquier otro lugar, intuyendo lo que iba a pasar y cómo lo contarían al día siguiente en el espejo de lo que somos. Me estoy quejando de la manipulación que se hace a posteriori y de la hipocresía o de las pocas luces que demostró el alma que dio las órdenes para actuar.

La policía, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y del municipio de Madrid, no fueron fieles a tal función. De seguridad: nada. Con el antecedente de la noche anterior, el medio más inteligente para conseguir tal fin es desplegar por todas las calles del barrio y desde media tarde, a toda la policía que acabó acudiendo. Pero no, se optó por esperar a que los energúmenos llevaran bien cargado el depósito de alcohol, y los ánimos se exaltaran cada vez más.

Reitero: respecto a seguridad, la policía fue un instrumento soberanamente inútil. Eso sí, se escogió muy bien el momento de abrir fuego, si lo que se quiere es hacer un reportaje vistoso al día siguiente en la televisión: demonizando el botellón, las fiestas del dos de mayo, y a los jóvenes en general.

martes, mayo 15, 2007

Reflexión a favor del voto en blanco en lugar de la abstención

Vuestra intención es buena. Y vuestros objetivos, en lo esencial, compartidos conmigo. Si todo el mundo tuviera nuestro espíritu, no me cabe duda de que la sociedad iría mucho mejor.
Todo el mundo cree en la libertad, claro que sí, pero cada cual tiene un concepto distinto de ésta. Y eso de hacer guerra dialéctica con dicho concepto y avalar cada postura desde diferentes bases morales, todas ellas legítimas, es un ejercicio muy común en el ser humano.
Bien. Creo compartir con vosotros un concepto similar de libertad. Sin embargo, soy escéptico respecto a las revoluciones. Del tipo que sean. Una revolución acompaña y puede encumbrar a una idea. Sin duda. Pero ésta nunca será tan perfecta, ni tan global para justificar una revolución.
Puede que al ojear los libros de historia de nuestra sociedad, veamos que en tiempos de analfabetismo, hambruna, esclavitud, epidemias y demás calamidades; la revolución pudo ser una buena solución para hundir determinados elementos que amputaban la libertad de la gente.
A sabiendas de que aún nos queda mucho camino por recorrer, en nuestro país y aún más en otros países, creo que debemos andar, partiendo de la ruta ya marcada. Dicho de otra manera: la transición democrática en España, bastante pacífica, es encauzó bien.
Llevan años haciéndonos creer que terminó (cada historiador le pone una fecha distinta) y que tenemos que conformarnos con lo que nos dan: un bipartidismo destructivo dentro de una pseudopartitocracia. Pero no cuela. No nos podemos conformar con eso. Ni tampoco con la dictadura del capital.
Centrémonos. El mundo vive la cultura del "prefiero". La vida en sociedad es así: el mundo que queremos no existe. Pero puede mejorar. Y creo, pues, que nuestro objetivo es darle al mundo una opción sensata... y la tarea de reunir a todos los descontentos en torno a una idea es, en la práctica, imposible.
Desde mi punto de vista, nos queda una esperanza. Tenemos un arma que sería muy poderosa en caso de ser utilizada con eficacia: lograr el objetivo de que los votos en blanco valgan tanto como los que van dirigidos a una candidatura.
Volvamos a atrás. Con lo de la revolución me estaba refiriendo al hecho de que pedís la abstención. Y aunque reitero que la intención es buena, lamentablemente, a los partidos políticos les importa muy poco el hecho de que se acuda a votar o no Su objetivo es sacar más escaños que el adversario.
Diré más. Expertos en sociología sostienen que la abstención significa que la gente no acude a las urnas, porque ya no necesitan nada de los políticos, debido al nivel de vida alcanzado y a su tranquilidad viviendo al margen de la política. Pero nosotros necesitamos de la política. Necesitamos que no esté corrompida, que solucione los verdaderos problemas, que resida en el pueblo.
¿Qué más le de a un partido político que haya un 78% de participación, que un 22%? Lo importante para ellos es la diferencia. Y para nosotros debería ser que no nos confundan con la indiferencia.
Así pues, apoyo a "ciudadanos en blanco", tanto en el fondo como en la forma. Es un partido sin inclinación política alguna. Simplemente inconformista. No es de derechas, ni de izquierdas. No tiene más programa que el de pretender dar voz (con el silencio, ya que no hay nada más ensordecedor) a los que no queremos dar el voto a los que juegan con él. Y deberíamos unirnos para lograr listas electorales para las generales.
Las acampadas y las manifestaciones y demás expresiones, sí, son muy vistosas, pero la información que se da de ellas, en muchas ocasiones se manipula hasta llegar a ser una baza para el adversario. Increíble, pero cierto y sabido por todos.
Debemos ser inteligentes y utilizar sus armas: los votos. Si la ley d'Hont y sus correcciones dicen que el voto que debe ejercerse para que valga para algo es el voto útil. Sigamos por ese camino. Apoyemos al partido de los incorformistas. Todos a la vez. Si conseguimos eso, ya habrá tiempo para luchar contra la discriminación que sufren los partidos pequeños.
Un asiento vacío no se puede manipular, no se debe politizar. Es una lucha legítima contra el partidismo, a favor de la democracia, porque supondría un buen tirón de orejas para los que manejan el cortarro.