miércoles, abril 24, 2013

¡Gallardón! ¿Y de los derechos laborales de las mujeres qué?

Está visto que al Partido Popular le dan igual los derechos de las mujeres, que lo único que le interesa es marear la perdiz para que no se hable de los recortes. Que se hable de esos temas controvertidos que saben que les dan votantes dentro del electorado más clásico de la derecha española. Sin embargo, ni éstos, ni los que desde de la izquierda moderada tampoco pensamos que el aborto "sea un derecho", debemos dejarnos engañar por esta maniobra del PP.

Reformando la ley del aborto y no haciendo nada más, lo primero de todo es que se le está haciendo es un flaco favor a la convivencia. ¡Qué mejor momento para intensificar la brecha social que cuando van a hacer recortes! Por un lado se está provocando a los colectivos feministas que llevan décadas luchando contra las imposiciones morales de la jerarquía católica. Por otro, es que ni siquiera va a reducirse drásticamente el número de abortos, ni va a mejorarse el clima laboral de las mujeres que se queden embarazadas y quieran que su embarazo siga su curso natural. En ese sentido, los que creemos que es necesario un feminismo constructivo, que luche por los derechos de las mujeres en general, pero también por los derechos laborales de las mujeres embarazadas en particular debemos EXIGIRLE al Partido Popular que afronte tal reto de una vez por todas. Sin excusas.

Penalizar legalmente el aborto es incompatible con la ideología liberal que dice defender el Partido Popular. El liberalismo económico que el PP defiende, y del cual se aprovecha hasta límites insospechados, permite a las empresas discriminar en los procesos de selección a las mujeres en edad de quedarse embarazadas. Para un capitalista, que una empleada suya se quede embarazada es un marrón; y sin embargo, probablemente ese capitalista votó a ese PP que penaliza el aborto sin ofrecer alternativas.

Así, con este clima tan hostil y este panorama laboral, me pongo en el lugar de las mujeres y entiendo su reivindicación, aunque personalmente me parezca la peor de las soluciones. Al Partido Popular le da exactamente igual que haya más o menos abortos: si realmente le importara, se pondría manos a la obra atacando a las mismas raíces del liberalismo. Sería mucho más ambicioso en términos de protección social para las mujeres, y se encargaría de fomentar una cultura empresarial mucho más humana y menos competitiva. Se ayudaría económicamente a las empresas en las que se dé la eventualidad de que una de sus empleadas esté esperando un bebé y el hecho de que las mujeres se sientan agusto con su embarazo dentro de la empresa, sería un motivo de orgullo para toda la empresa.

Desde mi punto de vista, mejorar sustancialmente las prestaciones sociales de las mujeres y hacer que el número de abortos descienda de manera notable, no sólo pienso que está íntimamente relacionado, sino que responde a una ideología en las antípodas de la que propone el PP y esa que el PSOE nunca puso en práctica: el SOCIALISMO.

martes, abril 23, 2013

La esperanza de los partidos políticos alternativos

La política que practican los cuatro grandes partidos nacionales, PP, PSOE, UPyD e IU, me produce un profundo desasosiego. Evidentemente no son todos iguales y, la de unos más que la de otros. En ese sentido entiendo como nadie que un movimiento como el 15M se declare apartidista: la vuelta de tuerca en la revolución democrática española, apriori, no necesitaba partidos políticos, lo que demandaba era que los que YA hay funcionen bien. Crear conciencia ciudadana en general, y en los políticos, para que hagan suyas las reivindicaciones de "la calle".

El activismo 15M tiene, en ese sentido, una naturaleza muy diferente al que se hacía en tiempos de Franco: entonces lo revolucionario era militar en un partido, clandestino, claro. Ahora, todo lo contrario. Sin embargo, creo que los activistas 15M tenemos que darnos cuenta que el tiempo de solo debatir en la calle ha terminado y tenemos que pasar a la acción. Algunos ya lo han hecho, desde mi punto de vista de manera equivocada: convocando escraches y tratando de "asediar el Congreso". Muchos otros, entre los que en cierto modo me incluyo, estamos pidiendole a gritos a los partidos que escuchen al 15M, para participar dentro de ellos.

Pero participar en los cuatro partidos grandes sólo tiene sentido si comulgas totalmente con la línea política de las cúpulas, o si estás dispuesto a prostituir tu pensamiento libre por un "bien mayor". Creo que podemos aspirar a algo mejor. El 15M, en el cual comencé mi activismo, me enseñó que todos y cada uno de los que estaban en la plaza acababan teniendo algo importante que decir. Esa filosofía de escuchar a los demás, debe ser exportable a los partidos políticos, haciendola compatible con un sistema de delegados sensato y práctico, pero a fin de cuentas, algún sistema con el que los afiliados y simpatizantes sientan que se les tiene en cuenta.

Los partidos vecinales y las iniciativas de democracia electrónica tienen ante sí una gran oportunidad para canalizar todo ese activismo "de calle" hacia la política activa. La imagen de la política está realmente dañada, con que el esfuerzo de esos partidos debe ser TRIPLE. Los partidos independientes repartidos por toda España tienen ante sí el reto -y la oportunidad- de trabajar codo con codo con todos esos activistas apasionados y pacíficos que tienen ideas y están deseando ser escuchados.

Oportunidades hay tantas como queramos ver. A mí, personalmente me llenó de esperanza el anuncio de CAPI de presentarse a las europeas, esto es la confederación de partidos independientes más grande de España, aunque partidos independientes hay por todos lados. El anuncio es del 8 de abril, con lo que hay que darles tiempo para que definan un programa. A mí de momento me gusta lo que me estoy encontrando. Ahora bien, creo que sus posibilidades pasan por ser capaces de entonar una voz propia. Por no convertirse simplemente en el hermano pequeño de Revilla o de Rivera. Que si después esos pactos son viables, adelante: pero esa voz propia es necesario entonarla. Una voz propia a partir de la cual sean, primero capaces de seducir a buena parte de esos activistas a los que me he referido, con un movimiento realmente transversal, ciudadano y sin sectarismos hacia nadie; pero ante todo que en su programa electoral se vean reflejadas las prioridades reales de la ciudadanía.

Por ejemplo, con el tema de los desahucios, hay partidos que apoyan los escraches, otros que no lo hacen, pero a fin de cuentas, entre tal cortina de humo ningún partido con vocación de representar a una gran mayoría habla de cambiar la legislación sobre los pisos vacíos. Ninguno pone propuestas encima de la mesa, porque les va bien así: IUPyD crecen ambos criticandose el uno al otro, y gracias al desgaste de PPSOE, ¿para qué esforzarse? ¿para qué arriesgar?

Tanto los partidos independientes como las inciativas de democracia líquida tienen ante sí la oportunidad de crecer si son constructivos, si al final del proceso de elección de representantes hay propuestas ambiciosas y realistas con las que la ciudadanía se sienta identificada, pero ¿a qué estamos esperando?

Cataluña y nuestra querida Constitución anacrónica

Estar en primera fila de la política desgasta. Y si no que se lo digan a Albert Rivera y a su partido. Como todo el que empieza, se nace de la nada con ideas muy constructivas y termina uno adoptando actitudes propias de la política tradicional. En la actualidad se ha convertido en un partido que pone más atención en luchar contra el nacionalismo que en CONSTRUIR algo entre todos. Pero tampoco exageremos, Ciutadans nos puede gustar más o menos, pero yo considero que en el Parlament de Catalunya ponen un punto de sensatez muy necesario. Responden, eso sí, a un sector muy concreto de la población: el regionalismo moderado catalán de centro-izquierda -o al menos yo así lo veo.

Soy madrileño y siempre simpaticé con ellos. Como castellano siempre me pareció que los partidos nacionalistas tenían demasiado poder de influencia sobre PPSOE e incluso llegué a votarles en las elecciones generales de 2008, donde sacaron 3996 votos en Madrid, es decir, 128099 votos menos que UPyD. Bueno, pues uno de esos casi cuatro mil votos, era mío. Fue un voto de protesta ante la negativa de UPyD de ir en coalición con otros partidos de tercera vía, por otra parte, recordemos que C's llevan en su programa el 'voto en blanco computable'. Pues eso. En aquel momento, considero que el bipartidismo era el mayor problema político de España, por eso les voté. Ahora, lamentablemente, con el bipartismo ya herido de muerte, tenemos problemas más graves.

Y dicho eso, y aunque esto es algo que no se pueda saber, si fuera catalán probablemente NO les votaría. Si fuera catalán, ante todo, seguro que hubiera planteado mi activismo de una manera totalmente diferente. A mí como madrileño me puede llegar su discurso, pero entiendo que aun catalán no siempre le llegue. Ciutadans acierta, en mi opinión, cuando dice que un referendum de autodeterminación sería traumático para la sociedad catalana porque la divide en dos; sin embargo, creo que se equivoca aduciendo que la Constitución española es la ley suprema y que por encima de ella no se puede pasar... porque no se puede cambiar de la noche a la mañana -salvo que sea en Agosto y se pongan de acuerdo PPSOE.

La Constitución de 1978 estuvo bien. Fue una Constitución para la transición democrática y ha servido para apaciguar las tensiones territoriales durante muchos años. Pero ya no sirve. Necesitamos una nueva Constitución con la que se sienta agusto la gran mayoría de la población. Con la que se sienta agusto un 80% de los españoles, pero con la que se sienta agusto un 80% de los catalanes, un 80% de los castellanos y etcétera. Es posible. Pero el discurso constitucionalista de Ciutadans creo que no ayuda a cohesionar a la sociedad catalana, porque es un discurso en el que no se sienten representados los independentistas. La solución es sin duda un federalismo ambicioso, quizá es en el PSC en el que ha de recaer la responsabilidad de cohesionar Cataluña en torno a esa idea, pero el PSC... en fin, después del tripartito y tal... sin comentarios.

Considero que Ciutadans aún está a tiempo de cambiar su caduco discurso, en el que la Constitución está siempre en boca de Rivera, para ser un poco más ambicioso proponiendo reformas constitucionales con las que se sentirían representados la gran mayoría de los catalanes. Hasta ahora no lo está haciendo. Hasta ahora está dirigiendo su discurso a los que tradicionalmente votarion al PP y al PSC. Los votos que consiguen provienen en gran medida de ellos. Mientras no cambien su discurso, y ahora que el PSC se ha mostrado a favor de la consulta, normal que haya quién piense que Ciutadans es la marca blanca del PP.

domingo, abril 21, 2013

La maternidad, el más humano de los derechos

Antes que nada, quisiera pedir de antemano disculpas a todos esos hombres, padres coraje, que lo dan todo por sacar a su familia adelante. Que nadie se asuste si en algún momento digo: "los hombres somos unos cobardes", porque no podemos permitirnos generalizar. También hay hombres muy valientes, pero creo que es necesario pegar un toque de atención a los hombres para gritar una reivindicación que parece olvidada desde el feminismo moderno: el derecho a la maternidad. Pocas actitudes son más valientes que la de una mujer que saca fuerzas de donde ella no sabía ni siquiera que podían sacar, para sacar a una familia adelante. Pocas actitudes son más cobardes que la de un hombre que se arruga ante una mujer embarazada, dudosa de sus propias fuerzas, que, en lugar de ayudarla a encontrar esas fuerzas: la empuja a abortar.


Ante todo, también me parece cobarde criminalizar a las mujeres que se han visto en la situación de "tener que" abortar. Vivimos en una sociedad capitalista y cruel donde parece valer más tener dinero que la vida. Aunque sinceramente, siempre creí que una sociedad en la que uno de cada seis embarazos acaba en aborto: tiene un problema. Y en ese sentido, creo que todas y todos estaremos de acuerdo en que abortar es un drama social y que, ante todo, la solución legal no es fácil. Se legisle como se legisle se tendrá a la población dividida y por mucho que a algunos nos den ganas de llorar cuando vemos fotos de fetos abortados: abortos va a haber igual.

La solución no es fácil, pero creo que tanto PSOE como PP lo están haciendo fatal. Ambos han legislado dividiendo a la población en dos, el PSOE no provocó sino que el número de abortos aumentase, y mucho le temo que aunque el PP cambie la ley: el número de abortos no va a disminuir. Como drama social que es, como tema delicado que es: no se va a solucionar a golpe de decreto y ante todo, los que deseamos que el número de abortos sea el menor posible -que, seamos sensatos, creo que tanto detractores y defensores estarán de acuerdo en esto- tenemos que tratar de buscar una solución "social" y no "legal". Con delicadeza, y sin creernos con el derecho de juzgar a las mujeres, pero.

Pero lo siento mucho y como hombre que soy me siento con el derecho de emitir un juicio moral: los hombres somos unos cobardes. Por el amor que nos tiene nuestra madre, por el amor que nos tienen nuestras abuelas, "sólo" por eso, no puedo sino gritar, como decía, que la maternidad es el más humano de los derechos. Los llamados 'provida' se equivocan sobremanera aludiendo a motivos divinos o creyéndose superiormente morales para decidir el nivel de empatía de toda la humanidad. Aunque aludamos a que la vida es vida desde la fecundación, los sentimientos siguen siendo subjetivos: yo tengo más empatía por un feto de cuatro meses que por una vaca bien crecidita, pero me atrevo a decir, o al menos me permito dudarlo, que no soy quién para decidir el nivel de empatía de los demás.

Hay algo, sin embargo, que no puedo permitirme el lujo de dudar: el aborto es una decisión muy complicada y en muchas ocasiones son los hombres los que se acojonan y los que en lugar de apoyar a la mujer, a veces entonan un 'lo que tú quieras cariño, es tu decisión' cuando en realidad están cagados de miedo y no se atreven a apoyar a su pareja cuando ésta, en su fuero interno -en muchas ocasiones, no siempre- desea tener el bebé y está pidiendo A GRITOS sentirse arropada por el hombre. esto es pura biología. Tras tal cobardía de no mojarse, si después encima la mujer aborta, las críticas serán en mayor medida para ella que para él. Lo cual es tremendamente injusto.

Los hombres no tenemos la responsabilidad biológica de alojar un nuevo ser en nuestro seno: creo que se nos puede pedir un poco más. Los hombres parecemos tener otros intereses en la vida, y se nos olvida lo importante que es para las mujeres -por su condición biológica- ser madres. Decimos que las queremos pero cuando las embarazamos nos arrugamos. Pues menuda mierda de hombres. Sí, lo siento mucho, pero esto es un manifiesto FEMINISTA. Creo que deben hacerse muchos más esfuerzos en educación emocional, tanto en el colegio como en casa, para que los hombres comprendamos mejor a las mujeres en este sentido: en el sentido de que las mujeres tienen derecho a ser madres.

viernes, abril 12, 2013

Una propuesta para las listas abiertas internas

La política española está en crisis. Así lo refleja cada una de las encuestas de CIS sobre las "preocupaciones de los españoles". Un 29.7% de la población ve a la clase política como "una preocupación". Los españoles no sólo no confiamos en nuestros políticos, sino que ni siquiera intentamos cambiarlos si no nos gustan. Según este estudio, la afiliación a partidos políticos nunca supera el 3.5%, y desde mi punto de vista, este es el reto más importante que deben asumir los nuevos partidos que tengan vocación de configurar una alternativa real: conseguir ilusionar a la gente para que confíe en la política.

En ese sentido es importante demostrar a la gente con ideas, y con ganas de cambiar las cosas "desde dentro" que afiliándose en un partido su opinión será escuchada. Las opiniones, al final, nos guste o no, las defienden los representantes del partido, los cargos y diputados electos; y es por eso que me resulta muy importante que se profundice en la democratización de la elección de los puestos de responsabilidad de los partidos. Estoy hablando de que los afiliados puedan elegir a su presidente, como ya hace el Partido de Internet, por ejemplo, pero también estoy hablando de afrontar el reto de dar voz a los afiliados en la confeción de las listas electorales.

Eso último ya lo hace por ejemplo el partido Independientes por Extremadura, donde los afiliados eligen incluso el orden en la lista que irá a los comicios. Esto, a día de hoy sería impensable para un partido como el PSOE, cuyo Secretario General no es elegido ni siquiera por sus militantantes, sino que sólo tienen derecho a voto unos mil delegados. Al no tener que "deberse" a los afiliados, no tiene porqué tratar de presentarles un proyecto, bastará con que sus planes -que bien pueden pasar por el pago de favores políticos- contenten a todos esos delegados. De hecho, después, todo su equipo es elegido por él mismo, sin permitir que lo confeccionen ni los delegados, ni mucho menos sus afiliados. Y un partido con tal sistema piramidal no puede correr el riesgo de preguntar a sus afiliados, ¡se les caería el castillo de naipes!

Empecemos a configurar la propuesta que quiero hacer poniendo la vista en lo que ya se hace. Y para ello voy a poner el ejemplo de UPyD. En este partido son los afiliados los que eligen al cabeza de lista en cada circunscripción. Pero elegir "solo" al cabeza de lista es una medida insuficiente porque el candidato suele estar muy claro de antemano. Recordemos: Rosa Diez en Madrid obtuvo un 95% de los votos, y Toni Cantó en Valencia un 93%). Pero es que después es el cabeza de lista el que elige en su totalidad al resto de candidatos que le seguirán. Con lo que al final el poder de decisión del afiliado en la práctica, tiende a cero. Una pantomima.

Para evitar que eso ocurra puede proponerse, por ejemplo, un sistema de voto doble en el que cada afiliado, en lugar de votar únicamente al cabeza de lista, elija dos nombres. Si suponemos que un partido cuenta con mil afiliados, y que nadie se abstiene -ni vota en blanco ni nulo- la suma de todos los votos daría dos mil. Así, pongamos el ejemplo de que un candidato fuera votado por un 98% de los afiliados -quizá un 90% lo eligió pensando en él como número 1 y el otro 8% como número 2. En tal caso, estaría obteniendo 980 votos, es decir, un 49% sobre dos mil. Incluso aunque ese resultado encerrase una práctica unanimidad -quizá cantadísima de antemano como en el caso de UPyD- como la elección del "segundo nombre" no suele estar casi nunca clara, con este sistema obtendríamos un resultado en el que se reflejarían con bastante claridad las preferencias de los afiliados en unos segundo nombre y tercer nombre. Pero es que incluso aunque hubiera un segundo nombre con mucho apoyo, estaríamos obteniendo un resultado que "no daña a la vista" y representaría un poco mejor la plularidad de las bases. Así, si suponemos que a tal segundo nombre lo han elegido 800 personas -40% de 2000- obtendríamos el resultado final de: "Nombre 1 = 49%", "Nombre 2 =  40%", etcétera.

Sin embargo, hay un apunte que es importante hacer. Quizá no sea realista pretender llevar a cabo un sistema de listas abiertas internas "tal cual lo planteo", pues ante todo, los que deben dar los pasos en ese sentido son aquellos que están en disposición de dirigir equipos: grupos parlamentarios, grupos municipales, gobiernos, etcétera. No tiene demasiado sentido que la gente exija un equipo de gobierno elegido de manera colectiva, si luego nadie da el paso de querer dirigir tales equipos. Esto es algo que refleja muy bien la escasa cultura democrática española: de niños no queremos presentarnos a delegados de clase, de mayores no queremos ser presidente de nuestra comunidad de propietarios, nos quejamos de la gestión de los alcaldes pero el número de partidos independientes en los pueblos es aún muy pequeño. Estamos muy mal acostumbrados exigiendo democracia a los que asumen responsabilidades, para sin embargo no querer asumir práctiamente ninguna.

Entiendo razonable, por tanto, la reivindicación de los líderes de querer hacer un equipo "mínimamente a su gusto". Considero que tiene que haber un ten con ten, porque, como hemos ya insinuado en el caso del PSOE, si es el líder el único que elige la lista, no sólo es que la opinión de las bases no se sienta representada, es que ni siquiera se está garantizando que se vaya a elegir a los mejores: quizá su elección se deba al "cobro" de favores políticos.

La propuesta intermedia que planteo consiste simplemente en que el cabeza de lista tenga derecho a elegir a su "número dos" en caso de no coincidir éste con los resultados de la consulta. El segundo nombre más votado por los afiliados ocuparía, por tanto, la tercera posición en la lista, el tercero iría en cuarta posición, y así sucesivamente. Este sistema garantiza al líder tener a la persona con la que mejor vaya a trabajar, con él. A partir de ese punto, la opinión de los afiliados se vería muy reflejada, pues en la práctica "una vez elegido el cabeza de lista, exceptuando el número dos, el resto de la lista sería confeccionada según el número de votos obtenidos".

Un sistema de estas características además, fomenta el trabajo en equipo, y constituye un reto muy sano para el cabeza de lista, pues deberá tener la suficiente capacidad de liderazgo para dirigir un grupo en el que es posible que no estén sus preferidos, y, dicho sea de paso, ese es el tipo de líderes que necesitamos, los que sean capaces de sentarse a hablar con gente de pareceres diferentes, incluso dentro de su propio partido.

jueves, abril 11, 2013

Crisis política y democratización interna de los partidos

Llevamos casi seis años de crisis económica mundial y parece que no nos hemos dado cuenta aún de la que se nos avecina en España: una crisis política. La inutilidad de nuestros gobernantes, circunstancia acentuada, encima, por la corrupción, está haciendo que el voto se fragmente hacia dos partidos emergentes UPyD y IU que no parece, desde luego, aunque se empeñen algunos en decir lo contrario, que vayan a tener "el sentido de Estado" necesario para llegar a pactos estables de gobierno.

Francamente, no sé qué panorama nos espera, pero con UPyD + IU sumando alrededor de 50 escaños (si es que no llegan a sobrepasar a PPSOE, si la crisis económica se acentúa) parece razonable pensar que quieran cambiar la ley electoral y convocar nuevas elecciones con la nueva ley ya vigente. Y con tal horizonte, con la que está cayendo en Cataluña y con la crisis borbónica siempre de actualidad: no me extrañaría nada que se abriera un periodo constituyente en 2016 o 2017.

Cuando digo "parece que no nos hemos dado cuenta de la que se nos avecina", me refiero a que la participación "formal" en política está en horas realmente bajas, demasiado para lo que la realidad nos exige. El activismo de los años 60 y 70, previos a la crisis política de "la transición" pasaba por crear partidos políticos en la clandestinidad, para tratar de surgir con fuerza llegado el momento, ahora, ¿qué se está haciendo? El activismo de la gente de mi generación -y gente de diez años más- está evolucionando desde el "no nos representan", hacia potenciar los escraches y vaciar de contenido las reivindicaciones de "democracia participativa" que se hacían desde el 15M.

Ese populismo de "exigir soluciones" y "no articular una alternativa" dentro de la política institucional, puede acentuar la crisis política que vengo anunciando. Y es el momento de plantear alternativas para tratar de que evitar que esto ocurra. Es de cajón, más crisis política es igual a: menos eficacia a la hora de atajar la crisis económica, peor clima social. Así que algo habrá que hacer entre todos.

Creo que el gran reto político de estos próximos años es conseguir ilusionar a los abstencionistas para que vayan a votar, a los activistas para que se enrolen en un partido político y a los políticos con ideas a que den el paso para presentarse candidatos. Todo al mismo tiempo. Y creo que es nuestra responsabilidad aceptar que todas las fuerzas políticas son necesarias, que las obsoletas estructuras de PP y PSOE, aunque sean un peso muerto, sirven -aún- de dique de contención para que los otros partidos "no crezcan demasiado rápido". Al fin y al cabo el número de afiliados de PP + PSOE es de 1.400.000 personas, mientras que UPyD, por ejemplo, no llega apenas a unos pocos miles. No quiero ni imaginarme la catástrofe política que podría sobrevenir si un partido como UPyD -que no ha profundizado en casi nada su programa político- obtuviese casi de la noche a la mañana, mayoría absoluta. Bueno, tampoco me quiero poner agorero, porque donde quiero poner el acento es en que el número de afiliados de UPyD es francamente bajo comparado con su crecimiento en las encuestas: eso es lo que me preocupa.

Hay que potenciar la afiliación de gente con ideas en partidos políticos, y lamentablemente, ni PP, ni PSOE, ni UPyD, ni IU lo están consiguiendo. Cada cual tiene su mensaje y llega a quien llega y a nadie más. Hacen falta, pero hacen falta otras alternativas que terminen por ilusionar a ese 47% de abstencionistas que se estima. Y esas alternativas, bien se llamen partidos locales independientes, partidos regionalistas, ecologistas o partidos que defiendan de una u otra forma "simplemente" una mejora de la democracia: deben todos afrontar el reto de la democratización interna. Deben demostrar con hechos, como las listas abiertas internas, que el afiliado o que incluso el simpatizante, tiene poder real de decisión sobre los órganos de dirección de los partidos.

lunes, abril 08, 2013

¿Logran los escraches movilizar a los votantes de UPyD y PP?

Los movimientos sociales, y las plataformas de afectados por las hipotecas en concreto, tienen que espabilar. Tienen que despertar antes de que la burbuja de popularidad alimentada por la crisis les explote en la cara. ¿Por qué? Pues mis ganas de que los movimientos sociales no mueran de éxito se basan en un temor: que los partidos de centro-derecha y centro (es decir PP y UPyD) crezcan gratis; es decir, que el aumento de su popularidad haya de basarse en el miedo y no en una constatación de 'una mejora de la situación económica' o 'una profundización programática' respectivamente.

Basándonos en la encuesta de abril de 2013 de Metroscopia, observamos que con respecto al mes anterior la suma PP + UPyD aumenta un +3.9%, mientras que la suma PSOE + IU lo hace un +0.1%. Echando la vista un poco más atrás, desde el huracán Bárcenas, hay un electorado otrora fiel al PP que ahora es muy volátil. Que en función de los acontecimientos decidirá votar PP, votar UPyD, o abstenerse. Quizá (no ese mismo 4%) durante marzo, parte del potencial electorado de UPyD decidiría abstenerse por lo de Toni Cantó; y ahora ya en frío y sin que UPyD haya dicho nada nuevo aparte de intensificar su 'crítica a los escraches', observamos cómo se recuperan en las encuestas.

En aquella ocasión, con el tema Cantó, critiqué a UPyD por no hacer la más mínima autocrítica en su discurso. Les acusé de querer dividir a la población en dos: 'los indignados afines a los movimientos sociales' y 'los indignados que quieren a esos perroflautas, pero lejos'. Hablando vía Twitter -amablemente, por cierto, nada de escrache- con el diputado Gorriarán, le acusé ser incapaz de hacer la más mínima autocrítica (y él sólo por eso me identificó como un 'enemigo político que le proponía una humillación maoísta', qué bien).

Pero bueno, esto es España, y asumo que estamos tan acostumbrados a la crítica rastrera, que somos incapaces de indentificar la crítica sincera: la que se hace cuando se pretende que interlocutor reflexione. Pero, honestamente, no creo que el Sr. Gorriarán sea incapaz de hacer tal autocrítica, ¿para qué la iba a hacer? es mera estrategia política. ¿Qué más da que algunos discursos de UPyD sirvan para dividir a la población, si las encuestas -a medio plazo- les acaban dando lo que quieren?

Pero el caso es que la popularidad ciega a todos. Y desde el triunfo logrado por los movimientos sociales, tras la aceptación a trámite de la ILP de dación en pago, la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) se ha venido arriba. Tres días después del primer escrache, este tipo de activismo tenía una popularidad del 89%. Y casi un mes después tal 'acción', los escraches pierden popularidad. Lo revelador de la nueva encuesta que saca a la luz estos datos, no es tanto que en escasas cuatro semanas el apoyo haya bajado a un 78% ya, sino que haya aún un 37% de gente que 'no ha oído hablar de los escraches'. Pues bien, mucho me temo que si los escraches se generalizan, cuando toda esa gente 'ajena a los movimientos sociales' sepa lo que son; eso logrará movilizar aún más al potencial votante de PP o UPyD, gratis, insisto.

Si los movimientos sociales se demuestran incapaces de hacer la autocrítica necesaria para dejar de apoyar el escrache como 'tipo de activismo preferido', conseguirán justo el efecto contrario de lo que querían: que el centro y el centro-derecha vaya a votar. Cuando eso ocurra, y de nuevo, gratis, el voto del miedo a la derecha seguirá haciendo crecer a Izquierda Unida de manera sostenida, y éstos, crecidos, seguirán sin hacer la autocrítica necesaria para llevar un discurso integrador, que pueda representar a una gran mayoría. No me lo invento. El último anuncio de Llamazares va en la misma línea de la crispación: "Nace Izquierda Abierta-Madrid con vocación de crear un Frente anti PP". Poniendo en el discurso la confrontación por delante de las propuestas, sólo se arañan votos de los ya convencidos: sin aportar soluciones a la sociedad.

Si nada cambia, estaremos de nuevo ante las "dos Españas" del bipartidismo, pero con más partidos, con más crispación... y dicho sea de paso, con problemas de gobernabilidad para lo que salga de las siguientes elecciones. La crisis política no ha hecho más que empezar; así que no nos dejemos llevar por la indignación y pongámonos todos a trabajar para llegar a acuerdos entre las partes implicadas. ¿Para cuando un debate de propuestas entre Ada Colau y Carlos Martínez Gorriarán, por ejemplo?