Artículo publicado en Wikipedia
El cheli es una jerga de Madrid principalmente juvenil, con auge a principios de los ochenta, ligado al prototípico pasota de movida madrileña y que todavía sigue utilizándose en determinados ambientes. Se caracteriza por ser un lenguaje relajado en sus formas, por tener elementos castizos y en ocasiones marginales y, sobre todo, por utilizar asiduamente disfemismos, lo que hace que se perciba como un habla contracultural y antiprotocolaria, y que esté bien arraigado por prácticamente toda la juventud madrileña.
Su léxico y su campos semánticos son reducidos, le limitan a temas relacionados con la necesidad, la marginalidad, la fiesta, la noche, la amistad... Si se utilizan préstamos de otras lenguas u otras jergas, en ocasiones el significado puede variar al original, o estar más disperso (ejemplo: colega). Así, es frecuente la utilización de apelativos como macho, tronco, tío y chaval y de distintas palabras para referirse a la pandilla o a un grupo de indeterminado de personas: basca, peña, todo dios. Diversas palabras de esta jerga han llegado a ser aceptadas por el DRAE, debido a su expansión.
Siendo una jerga fundamentalmente oral, podemos leer escritos con esta jerga en publicaciones alternativas, panfletos, o grafitis. Además, desde que la utilización de los chats y foros en internet es común entre la comunicación de los jóvenes, el cheli se escribe. Es característico de esta escritura la utilización de apócopes y abreviaturas libres. Es frecuente la utilización de la letra k, a veces como símbolo de anarquía (anarkía) y en otras ocasiones por simple comodidad.
Francisco Umbral y Ramoncín han publicado libros con el fin de explicar la jerga y hacer más fácil su comprensión.
El cheli es una jerga de Madrid principalmente juvenil, con auge a principios de los ochenta, ligado al prototípico pasota de movida madrileña y que todavía sigue utilizándose en determinados ambientes. Se caracteriza por ser un lenguaje relajado en sus formas, por tener elementos castizos y en ocasiones marginales y, sobre todo, por utilizar asiduamente disfemismos, lo que hace que se perciba como un habla contracultural y antiprotocolaria, y que esté bien arraigado por prácticamente toda la juventud madrileña.
Su léxico y su campos semánticos son reducidos, le limitan a temas relacionados con la necesidad, la marginalidad, la fiesta, la noche, la amistad... Si se utilizan préstamos de otras lenguas u otras jergas, en ocasiones el significado puede variar al original, o estar más disperso (ejemplo: colega). Así, es frecuente la utilización de apelativos como macho, tronco, tío y chaval y de distintas palabras para referirse a la pandilla o a un grupo de indeterminado de personas: basca, peña, todo dios. Diversas palabras de esta jerga han llegado a ser aceptadas por el DRAE, debido a su expansión.
Siendo una jerga fundamentalmente oral, podemos leer escritos con esta jerga en publicaciones alternativas, panfletos, o grafitis. Además, desde que la utilización de los chats y foros en internet es común entre la comunicación de los jóvenes, el cheli se escribe. Es característico de esta escritura la utilización de apócopes y abreviaturas libres. Es frecuente la utilización de la letra k, a veces como símbolo de anarquía (anarkía) y en otras ocasiones por simple comodidad.
Francisco Umbral y Ramoncín han publicado libros con el fin de explicar la jerga y hacer más fácil su comprensión.