viernes, octubre 19, 2012

En cada tiempo, en cada lugar, una solución política diferente

Tengo la sensación, no demasiado extraña por cierto, de que cuando una persona da el paso de militar en un partido político, está vendiendo una buena parte de su libertad de expresión, ¿por un bien mayor? Evidentemente, si uno decide militar es porque comparte con el partido el más importante de sus fines, y nunca el ideario del partido y el del individuo serán totalmente coincidentes. La cuestión es que considero que la gente deberia dar el paso de militar en un partido, reservandose todo el derecho del mundo a criticarle, o incluso de hacer campaña contra él para unas determinadas elecciones. ¿Qué estoy diciendo? Pues que considero perfectamente coherente dejarte la piel en un partido nacional para unas elecciones generales, pero luego coger y ni siquiera votar a ese partido en las locales. Y decirlo. Y evidentemente, por su comportamiento sectario, los partidos censurarán esa conducta, porque claro, su partido es el mejor, ahora, aquí, siempre y en todas partes.

Creo que esta última visión es generalizada, tanto por gente que milita como por gente que no lo hace. La gente de dentro suele esperar que apoyes al partido en todas las situaciones, y la gente de fuera cree que lo haces. Pues bien, este comportamiento no ayuda en absoluto a la regeneración democrática.

Yo, particularmente, que voté a UPyD en las últimas elecciones generales, les apoyo desde hace unos tres años, pero no por eso pienso que sean la mejor opción siempre en todos los lugares. Simplemente pienso que España necesita un partido grande en medio de PP y PSOE, que impida a estos hacer lo que les venga en gana, o incluso que no les deje más remedio a estos dos de aliarse para conseguir sus objetivos. Gracias al ascenso de UPyD las mayorías absolutas serán más difíciles de conseguir. Esto, junto con el importante punto del programa de "Cambiar la ley electoral", es una razón más que suficiente para votarles. Aquí y ahora (en las elecciones generales españolas).

Y como la realidad política de Madrid capital, donde estoy empadronado, es similar a la del conjunto del Estado, una hegemonía total de uno de los dos grandes (en este caso el PP) y otro sin muchas ideas, también me decanto por UPyD. Como me parece la mejor opción real inmediata de cambiar las cosas, incluso estoy colaborando con ellos modestamente, aportando mis propuestas, en el Consejo Local de UPyD Carabanchel. Ahora bien, todo esto no me convierte en un incondicional. Si viviera en otro tiempo y otro lugar, probablemente votaría otra cosa.

Dentro de unos años, si es que el proyecto va para adelante y se convierte en algo realmente viable, me resultaría muy interesante participar de lleno en el Partido de Internet, que promueve una democracia sustancialmente más directa que la que tenemos con los partidos convencionales. Lo malo de este partido es que no tiene ideario como tal (ni, de hecho una estructura interna lo suficientemente organizada para que la propia filosofía del partido vaya generando distintas opciones ideológicas dentro del mismo). Pero tiempo al tiempo: considero que un partido de estas características es lo que está pidiendo a gritos este país, tan necesitado de una regeneración democrática. Y ójala que el resto de los partidos adopten ese tipo de reformas hacia una democracia más directa. Aunque esto último, lamentablemente es sin ningún lugar a dudas, una quimera.

Y si viviera en otro lugar... por ejemplo si viviera en una localidad con un partido independiente en auge (con un programa coherente, claro está) les votaría, en lugar de a UPyD o cualquier otro partido nacional. Por ejemplo, en Leganés existe Unión por Leganés y parece que funciona. Y si viviera en Cataluña probablemente votaría Albert Rivera (Ciutadans), en el País Vasco a Patxi López (Partido Socialista), en Cantabria a Miguel Ángel Revilla (Partido Regionalista de Cantabria), en Extremadura a Pedro Escobar (Izquierda Unida) y en Francia a François Hollande (Parti Socialiste).