Supongamos que finalmente hay un acuerdo entre todos los que ya están en Sumar y Podemos. Supongamos que el 23 de julio los números dan para una investidura progresista. La principal razón por la que apoyo a Sumar es el balance de la presencia de Yolanda Díaz en el gobierno de coalición. Pero, ¿qué pasará el 24 de julio? ¿Se formará un gobierno de coalición con Yolanda de nuevo como Ministra de Trabajo? ¿Hasta qué punto tras el 23 de julio las distintas formaciones que conforman Sumar están dispuestas a llevar a cabo una negociación para entrar de nuevo en un gobierno de coalición?
Quisiera observar la siguiente paradoja. En 2019, Podemos mantuvo una dura posición negociadora con el PSOE, hasta las últimas consecuencias de la repetición electoral, que finalmente dio sus frutos : ministerios para la “izquierda alternativa”. Por aquel entonces Más País quiso desmarcarse de tales negociaciones; presentando su propia candidatura con perfil propio y el lema de campaña “Desbloquear. Avanzar. Más País”.
En 2023 se han cambiado las tornas y es Pablo Iglesias quien, en lugar de defender las bondades de la gestión de Yolanda Dïaz, está centrado en marcar un perfil propio desde su Canal Red. Y es en cambio Más País quien apoya a Yolanda Dïaz, lo que significa que apoya su gestión. Celebro este hecho y dado que quisiera que Yolanda Díaz volviera a estar en el Gobierno, considero que Sumar debe estar dispuesto a negociar tan duro como Podemos hizo en 2019.
Pero soy pesimista con que tal cosa vaya a suceder: por el lado de Podemos porque parecen estar más cómodos como terminal política de Canal Red que como partido de gobierno y, por el lado de Más País porque tenemos el antecedente de 2019, cuando se consideró que podría hacer crecer su electorado potencial ofreciéndole un gobierno del PSOE con apoyos desde fuera.
Con este panorama, ¿debería dar ya por descontado que no habrá una nueva coalición y que todo el bien que haga Sumar a la clase trabajadora lo ha de hacer desde fuera (lo cual no tiene por qué ser poca cosa si se trabaja bien)? Pues bien, hay algo que me preocupa más que el hecho de que Sumar no esté en el gobierno. Y eso es la desunión, el tacticismo de alguna de las partes. Creo que si los números dan, todas las partes deberían ir todos a una. Lo que no puede ser es que, por puro tacticismo, alguna parte de las que conforman Sumar se desmarque en el proceso negociador, con el fin de debilitar a otra de las partes del espacio de Sumar. En resumen, los partidos que conformen Sumar deben llegar a un acuerdo sobre cómo negociar con el PSOE en los distintos escenarios que puedan darse.