Supongo que es una pregunta difícil de responder, pero si acudimos a los argumentos más inmediatos, diremos que le gente, en general, ha sido más prudente. Quizá no se pueda reducir todo a esto, y habrá otros factores, como la señalización de puntos negros (medida promovida por ponle freno) o el proceso de maduración del carné por puntos. Pero en cuanto a la prudencia, quisiera poner en consideración algo que he experimentado, como conductor novel. Me gusta conducir, pero no me gusta correr. Además, cuando yo empecé a conducir estaba en vigor la norma que prohibía conducir a más de 110 km/h, y por tanto, me acostumbré a no rebasar dicha velocidad. Semanas después, cuando en julio volvió a situarse el límite a 120 km/h, como yo me había acostumbrado a conducir a 110 km/h, no noté demasiado la diferencia. Pues bien, siendo consciente de que probablemente mi manera de verlo es algo particular, tal vez, si otros muchos conductores han tenido la misma sensación, estemos ante una medida eficaz.
Y la medida, consistiría pues, en alternar los periodos en los que la máxima velocidad sea 110 km/h y 120 km/h, haciendo coincidir los 120 km/h con el verano para, irnos de vacaciones ya acostumbrados.
3 comentarios:
Me parece bien del modo en que enfocas tu opinión, pero en cuanto a límites de velocidad yo creo que habría que ir un poco más al fondo del asunto. Si se va a poner un límite de velocidad habría que argumentarlo. En principio hay tres argumentos clave: duración del trayecto, seguridad y contaminación (mayor consumo equivale a mayor contaminación). Es decir, habría que tener en cuenta por un lado la relación tiempo/seguridad y, por otro, la relacion tiempo/contaminación. La relación tiempo/seguridad es muy díficil de valorar, ya que es subjetiva; para alguien la vida humana puede ser más importante que cualquier tiempo de espera; pero eso aquí no nos vale. Así que en cuanto a tiempo/seguridad, no voy a valorarlo, me voy a centrar en tiempo/contaminación. Bien, si cogemos una gráfica de consumo de cualquier vehículo en la que un eje corresponda a la velocidad (la inversa del tiempo) y el otro corresponda al consumo (directamente proporcional a la contaminacion), habría que buscar aquel punto en el que se minimice al máximo el consumo y se maximice la velocidad (que equivale a minimizar el tiempo de trayecto). Pues bien, en todos los vehículos actuales este punto se haya entre los 80 y los 100 km/h, concretamente cerca de los 90 km/h. Esto se debe a cuestiones aerodinámicas, a partir de 90 km/h el rozamiento del viento hace que el consumo se dispare a un ritmo mucho mayor del que se reduce el tiempo de trayecto. Así que en mi opinión los límites de velocidad se deberían de reducir a 90, o como mucho a 100 km/h; además esta velocidad en mi opinión es bastante aceptable en cuanto a seguridad, teniendo en cuenta además, como tú bien dices, que hay factores más importantes que la velocidad en cuanto a seguridad vial.
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