La sucesión de acontecimientos ha colocado a Pedro Sánchez (al menos temporalmente) como "el gran antagonista de Rajoy". Bien. ¿Por méritos propios? En absoluto. Más bien por errores y fallos de cálculo de los demás. Lo de Pablo Iglesias ya lo sabemos: planteó (en mi opinión, con buena parte de razón) una propuesta a partir de la cual el gobierno de la nación fuera compartido casi a partes iguales por dos formaciones políticas diferentes. Sin embargo, las urnas del 26J le quitaron parte de esa razón: mucha gente que les hubo votado cuando sus opciones reales de superar el PSOE eran inciertas, ahora les retiraron el apoyo por miedo. Y las urnas siempre tienen la razón. El cometido de PODEMOS en el presente no pasa por liderar la alternativa a Rajoy. Y me temo que hasta que Rajoy no se vaya (o le echen), PODEMOS vagará sin objetivo claro.
Por otro lado, Albert Rivera (no haré humor "blanco") no hace otra cosa que demostrar, desde que está en primera linea política, una severa incapacidad para quedarse quieto. No me gusta argumentar con mala fe, quizá solo sea un "pobre" narcisista cuya efímera gloria sólo puede alimentar desde sus virtudes "técnicas". El punto fuerte de Rivera siempre fue la oratoria y no sé si es que el sujeto cree vivir en una sucesión de inconexos concursos de debate de esos que ganaba cuando aún era universitario o que cree que sus votantes son idiotas. Parece fiarlo todo al presente, al último discurso. La palabra dada no tiene valor para él, diría que ni de sus votantes espera confianza, pues parece desear "ciudadanos" sin memoria.

Con estos mimbres, el PSOE y PODEMOS deben ponerse de acuerdo para arrebatarle el gobierno al PP. El tipo de acuerdo al que lleguen es lo de menos a estas alturas. Como ya he adelantado, las urnas le dieron la iniciativa al PSOE, anulando la capacidad negociadora de PODEMOS "a priori". Frustrado el plan de controlar directamente algunos palos del poder ejecutivo esta vez, PODEMOS debe centrarse en negociar reformas legislativas, una a una, tratando de consolidar su popularidad con trabajo diario (y por eso, ¿qué más da qué acuerdo firmen de antemano?). Al PSOE le benefician unas elecciones, no me cabe ninguna duda de que ganará unos cuantos escaños... pero eso no es lo "peligroso"... lo peligroso es que por h o por b Rajoy acabara volviendo a ser investido presidente, certificando así un vergonzante fracaso como país.
Abogo por que sea un acuerdo a partir de el cual ninguno de los tres partidos Unidos PODEMOS, PSOE y C's busque humillar a ninguno de los otros dos. Que todos saquen algo en claro. ¿Podemos dejarle a Albert que presuma de que ellos fueron los que lograron que los partidos nacionalistas NO participaran en las negociaciones? ¿Podemos dejarle a Domènech que presuma de haberle sacado al PSOE un referéndum en toda España para preguntar sobre cambiar "algo" en la Constitución que abra alguna puerta a otro encaje de Cataluña en España? ¿Podemos dejar a Sánchez escribir en el BOE? (Al fin y al cabo, deberá mirar a derecha e izquierda cada vez que quiera poner algo ahí.)
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