Podemos fue promocionado por los poderes fácticos de enero a mayo de 2014 para dividir al electorado de izquierdas. Logró "descabezar" a un socialismo en horas bajas, forzando la dimisión de Rubalcaba (y, de paso la abdicación del rey Juan Carlos). Su papel de cara a la galería siempre tuvo que ser el de ambicionar la presidencia del gobierno (aunque lo que se deseara era el sorpasso al PSOE). Iglesias había logrado heredar la autoridad moral del 15M y el personaje político creado para él no tenía rival. Recordemos que Pedro Sánchez surgió de la nada, sin ideología y sin apoyos. Hacía falta tiempo para construir un personaje político adecuado para su cometido.
La autoridad moral de Iglesias se fue diluyendo según se diluía también la crisis económica, siendo esta eclipsada por la crisis territorial. En este contexto, C's, logró, tras ser promocionado como "el Podemos de derechas" durante 3 largos años por los poderes fácticos, robarle el protagonismo a Iglesias, disputándole el papel de principal antagonista de Rajoy.
Sin embargo, ahora que Pedro Sánchez es el protagonista, ni Iglesias ni Rivera tienen utilidad alguna para los poderes fácticos. Estos apuestan por Pedro Sánchez. Del mismo modo que, la propia sociedad, en shock aún, está contenta porque lo que viene al menos parece un gobierno y no una banda de delincuentes. Y no es para menos, el listón estaba bajísimo.
Con los poderes fácticos y el sentir general del país favorable a, al menos, "dejar hacer a Sánchez a ver qué tal", ni C's, ni Podemos dependen de sí mismos para sacar la cabecita y decir algo que les ponga de nuevo en el foco. Ni para uno ni para el otro es buena idea entrar a criticar a Sánchez ahora que tiene todo a favor, medios de comunicación incluidos, da igual a quién escuches (desde laCafetera a OndaCero) todo el mundo está encantado.
¿Quieren ser útiles? Que vayan a por el PP, que es una bestia herida con muchísimo poder municipal y hay que romper todas esas redes clientelares que aún tienen. Ojo con el PP, que si no se le da la estocada en las municipales, renacerá con mejor salud de la que podemos imaginarnos. Conclusión, atacar al PSOE es una estrategia pésima (esperemos al menos a que la cague de verdad, que lo hará muy pronto).
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