Sin querer bajar demasiado a los detalles, Mancebo ha tirado de un ejemplo. En un ejercicio de política ficción, nos ha hecho retroceder hasta el año 2003, cuando España aún sufría los aires de grandeza –y las mentiras– del presidente Aznar. Como muchos recordaréis, la primavera de aquel año estuvo marcada por la invasión de Irak, promovida por Estados Unidos y apoyada por algunos países, entre los que se encontraba España.
Con 183 votos a favor y 164 votos en contra, el Congreso de los Diputados aprobó la propuesta de resolución de Estados Unidos, Reino Unido y España, sobre Irak; que suponía el apoyo a la invasión. Menos mal que la historia no se escribe únicamente a través de los diarios de sesiones. La memoria colectiva nos lleva rápidamente a revivir aquella aparente contradicción. La ciudadanía era clamorosamente unánime. Según el CIS, un 91% de los españoles estaba en contra de la guerra. ¿Cómo podía ser que nuestra cámara de representantes dijera otra cosa? Nótese la ironía, pocas personas creen que realmente “nos representen”. Sin embargo, resulta complicado plantear alternativas que mejoren el sistema político actual que es, esencialmente, partitocrático.
Mancebo imagina una primavera de 2003 en la que el Senado español hubiese estado formado por ciudadanos seleccionados al azar. Asegura que con un rechazo popular de en torno al 90%, un senado ciudadano no habría permitido que España apoyara la guerra. El locutor, algo escéptico, plantea la posibilidad de que el senadoXsorteo, como es aleatorio, pudiera estar formado, casualmente, por suficientes personas partidarias de la guerra. Tomás insiste en que es imposible. Y tiene razón. Veámoslo.
En 2003, en España, había una población de, aproximadamente, 42 millones de personas, unos 34 millones de personas mayores de edad. Si, según el CIS, el 91% de la población estaba en contra de la guerra (tomemos este dato como cierto), eso significa que la probabilidad de que, al seleccionar a una persona al azar, esta esté en contra de la guerra es del 91%. El Senado actual está compuesto por 266 senadores. ¿Eso significa que, si seleccionamos al azar a 266 personas, vamos a tener, siempre, exactamente 242 (es decir, el 91% de 266) que estén en contra de la guerra de Irak? No, en absoluto, claro está que este resultado puede oscilar. Pero la Probabilidad y la Estadística están de nuestro lado. Adentrémonos (un poquito) en las matemáticas.
Me he tomado la molestia de realizar una simulación en una hoja de cálculo, con números (pseudo)aleatorios generados por el ordenador. He generado 266 números reales comprendidos entre 0 y 1. He sumado el número de veces que tal número ha sido inferior a 0,91. He realizado esta simulación 1000 veces y estos han sido los resultados:
Si representamos estos datos gráficamente, observamos cómo la distribución de los resultados obtenidos en 1000 simulaciones, tiene forma de Campana de Gauss.
Se trata de una distribución normal. Cuando esta distribución se da (y la muestra es suficientemente grande) existe una concentración de los resultados razonablemente fuerte cerca de la esperanza matemática (91%, que equivale, en este caso a 242 senadores) y es prácticamente imposible que salgan resultados demasiado alejados de ella. En este caso, con una muestra de 266 personas (senadores), hemos visto cómo el resultado ha estado en el rango 86% - 96% (es decir, o, como mucho 5 puntos menos de lo que esperamos, o como mucho 5 puntos más) un total de 991 veces sobre 1.000, o lo que es lo mismo, un 99,1% de las simulaciones (las sombreadas en verde en la tabla de arriba). Y vemos cómo, de 1.000 simulaciones, el resultado más bajo obtenido ha sido un rechazo a la guerra de Irak del 85,34%. No he calculado cuál es la probabilidad de que tal rechazo sea inferior al 50%, pero es 0,00000… seguido de muchos ceros, antes de la primera cifra no nula.
Volvamos al planeta Tierra. Es el alto índice de rechazo a la guerra de Irak (91%) lo que hace de este ejemplo un pretexto formidable para explicar el senadoXsorteo. Entiendo que puede ser mucho más controvertida la legitimidad de una cámara de estas características cuando se pronunciara sobre temas que distan mucho de generar un consenso en la población. Pocas cosas serían más razonables que poner en cuarentena el resultado de votaciones más o menos ajustadas. Sin embargo, para temas como el que nos ocupa, si se tomara como vinculante toda resolución del senadoXsorteo que lograra una mayoría cualificada, por ejemplo, aquella que contara con más de 2/3 del apoyo de la cámara, ¿no pensáis que sería una buena vacuna para que los políticos no aprobaran cuestiones manifiestamente contrarias a la voluntad popular?
No hay comentarios:
Publicar un comentario