Puntada en els collons

Esperanza Aguirre ha anunciado la apertura de un colegio en Madrid en le cual se impartirán las clases en catalán. No entraré a valorar si esto de salir a defender otras lenguas oficiales que no sean el castellano ha sido simplemente para aparentar un perfil más abierto que el de los gobernantes catalanes, pues es fácil contraponer su promesa a que en Cataluña no haya facilidades para elegir en qué lengua se quiere estudiar; para quitarle votos al Partido de la Ciudadanía, o, simplemente, y esto me alegraría, para que los nacionalistas se rompan la cabeza pensando como constriur un nuevo ariete contra la derecha española, viendo que el argumento de que "desprecia" o "acorrala" al catalán no es sino una falacia.

Hay gente que me dice que no tengo derecho a opinar sobre la situación lingüística de Cataluña, porque es una cuestión que no conozco de cerca. Es posible. Pero llegan a mis oídos tantas evidencias de que hay personas que para defender su nacionalidad y su lengua necesitan reventar ruedas de prensa, o agredir físicamente a aquél que tiene una percepción diferente de la la realidad; que a uno ya le toca reflexionar sobre el tema.

Aunque esos que agreden sean cuatro gatos que hacen mucho ruido, me argumentará más de uno y de dos, tengo la impresión que sus actitudes suelen ser bien vistas por bastante gente. Por eso son necesarias iniciativas como la de Esperanza Aguirre, que aunque fueran demagógicas, es evidente que son positivas, pues favorecen al acercamiento cordial entre Madrid y Cataluña, algo que considero imprescindible en marco político actual.