A riesgo de que me lluevan las críticas por tratar de analizar la crisis política España - Cataluña con honestidad e independencia, no puedo sino aplaudir la nueva actitud del Partido Popular, no sé si personificada en la figura de Mariano Rajoy, o respondiendo a una maniobra orquestada en parte por el Partido Popular de Cataluña. Estoy hablando de la última reunión entre Mariano Rajoy y Artur Mas, que ha tenido lugar esta misma semana, en la que Rajoy se ha mostrado dispuesto a ceder "con lo del objetivo de déficit". ¿Qué hay detrás de tales cesiones? ¿Es este gesto de Rajoy el gesto de un patriota dispuesto a "morir con las botas puestas"?
Tal y como me dispuse a analizar en este otro artículo -desde un punto de vista, por cierto, más pesimista de lo que la realidad está demostrando- sólo veía una manera de que la tensión con Cataluña se rebajase: que el Partido Popular accediese a debatir las propuestas de Mas. Esto tendría dos consecuencias importantes.
La primera, que CiU tendría que acceder a cambiar el discurso sobre el referendo de autodeterminación, "la consulta". Y bien, poco ha tardado Durán i Lleida en decir que está dispuesto a aplazarla, de 2014 a 2016. A partir de lo cual yo me planteo: si CiU está dispuesto a aplazar la consulta por circunstancias políticas, económicas o sociales, ¿no será que precisamente "la independencia" iba a agravar esas circunstancias? ¿Que la independiencia NO soluciona los problemas económicos? Si no, ¿a qué esperan para convocar la consulta hoy mismo? ¿Por qué siguen buscando hacer pactos con el PP sin hacer demasiado ruido?
Pues porque al ser CiU consciente de que en lo sucesivo les será muy dificil influir en la política nacional pactando con los gobiernos desde el Congreso -dado que el papel de "partido bisagra" le va a corresponder a UPyD - la única estrategia política que le queda a CiU es estirar y aflojar la cuerda de la independencia siempre que pueda. La van a explotar al máximo y de momento le está saliendo bien.
Y la otra de las consecuencias que venía anunciando, es una respuesta "intransigente" de UPyD. Así ha sido. Argumentan que es "impresentable" que se toleren déficits asimétricos. Es decir, que el techo de déficit para el siguiente ejercicio sea diferente dependiendo de qué Comunidad Autónoma se trate. Sin duda, no les falta razón es sus argumentos: si se permite que Cataluña "pueda hacer menos recortes" para evitar su asfixia económica, ¿porqué no otras comunidades? Es verdad, y son coherentes. Pero el Partido Popular está consiguiendo algo importante con esta cesión: no ahondar en la división de la sociedad catalana y por extensión, de la española.
Pero, ¿qué podemos esperar del futuro? Pues bien, el PP ha conseguido algo, desde mi punto de vista crucial: hacer que se retrase "la consulta" hasta después de las siguientes Elecciones Generales. Cuando en tales elecciones UPyD logre suficientes escaños para presionar al gobierno de turno -sea del PP o del PSOE- para que "no pacte con nacionalistas", el juego de CiU habrá terminado y, sólo le quedaría una opción para mantener su influencia política: convocar "la consulta" en los días subsiguientes a tales elecciones generales, y "atrincherarse" en el Parlament, ya que en el Congreso será ninguneado por los siglos de los siglos.
Aunque el PP haya cedido, sigo viendo "la consulta" como algo inevitable. Considero, sin embargo, que si el PP se da la oportunidad de cambiar lo suficiente su discurso como para atraer a unos cuantos votantes "de centro-derecha catalanista", estaría abriendo una importante puerta para la convivencia: y para que en "la consulta", venza la "no independencia"
¿De qué estoy hablando? Estoy queriendo decir que el PP debe asumir la derrota ante el empuje de UPyD, pues considero que los votantes de "centro españolista" introducirán en su sobre la papeleta de los magentas. Con los recortes, la corrupción y ahora "estas cesiones a los catalanes" no tienen mucho que hacer. Sin embargo, como digo, con este tipo de cesiones "en pos de la convivencia" están demostrando una "nueva forma de patriotismo" que no vendría mal que explotaran.
Que se me entienda. Estoy hablando de "patriotismo" en el sentido de "hacer gestos para no dividir más a la población", y en ese sentido, una estrategia que considero que sería buena tanto para el Partido Popular de Cataluña, como para España, es "adelantar a UPyD por el federalismo". Es decir, que ponga sobre la mesa un modelo federal lo suficientemente atractivo para buena parte de los votantes de CiU y, que, bien vendido, no tendría porqué disgustar al resto del centro-derecha español. ¿Es realista esperar que el PP se reconvierta en un partido de centro-derecha federalista?
Martín Alonso Orgaz. Carabanchel, Madrid 1987. Matemático. Ciudadano 15M, democracia, internacionalismo. Cantautor a ratos.
sábado, marzo 30, 2013
viernes, marzo 15, 2013
Sólo un suicidio del PP podría poner fin al desafío catalán
Quisiera equivocarme. Porque deseo que Cataluña se quede en España. En mi condición de internacionalista convencido, siempre pensé que la libertad de las personas en un mundo global es más fácil de garantizar cuando los marcos democráticos abarcan territorios más amplios. Los nacionalismos tienen a ser proteccionistas con lo suyo y a argumentar que son los de fuera los que les roban. Siempre pensé que cuantas menos diferencias legales haya entre territorios más fácil es la convivencia entre las personas, lo cual debería ser objetivo prioritatrio en política. Dicho esto, me parece más que evidente que si la respuesta a un nacionalismo es "otro nacionalismo", si la respuesta a un comportamiento despótico es "otro comportamiento despótico en sentido contrario", estamos condenados al fracaso si lo que queríamos era mejorar la convivencia.
Vivimos tiempos difíciles. Tiempos tan difíciles en los que, luchar por la convivencia debería volverse una emergencia: ¡es como si hubiéramos olvidado que la paz es un tesoro! Bien, ante la imposibilidad de dar propuestas serias ante la grave crisis de empleo y de dar confianza para que se vuelva a confiar en las instituciones, los partidos que no son PPSOE tienden a radicalizarse. Ya dediqué unas líneas a hablar sobre IUPyD, ahora me toca hablar de CiU. Y bien, ¿qué hay detrás del reciente cambio de estrategia con el que rompen con su nacionalismo catalán moderado para defender abiertamente la independencia?
Como castellano, y para empezar, no puedo sino respetar y tratar de ponernerme en el lugar de los que reivindican la independencia. Soy de los que piensa que no debería basarse la política en los sentimientos, pero ante todo, lo que no se puede es obviarlos. No soy catalán, luego insisto, como castellano, no puedo sino respetar las reivindicaciones de todos aquellos cuya realidad no conozco de cerca. Ahora bien, ¿es honesto que CiU pida la independencia de Cataluña? No, en absoluto. Me resulta mucho más honesto que pida la independencia ERC o que surja un partido como la CUP - Candidatura d'Unitat Popular. Pero no CiU.
CiU no, porque CiU es un partido que lo único que pretende es conservar su cuota de poder. Es un partido que forma parte de la oligarquía política, que ante la imposibilidad de combatir la crisis de empleo -recordemos que la tasa de desempleo en Cataluña en febrero de 2013 ha sido del 24% - y con unos cuantos casos de corrupción a su alrededor, prefieren "que se hable de otra cosa". No quiero decir con esto que la reivincicación de la secesión no sea sincera, ¡claro que lo es!, ¡claro que quieren separarse!, la pregunta es ¿por qué ahora y no antes?
Por otro lado, ante este panorama, y con la estrategia premeditada de convocar elecciones la semana subsiguiente a la reunión con Rajoy: Más lo sabía, y sólo por eso, aquel era el momento de pedir la luna. Sin embargo, no creo que Convergencia i Unió fuera a cambiar su estrategia -probablemente para siempre- por una coyuntura electoralista. La razón que hay detrás de la deriva soberanista de CiU es precisamente UPyD. El futuro es implacable, y estando las cosas como están, CiU sabe que jamás volverá a ser partido bisagra. Ahora el PP tiene mayoría absoluta, pero a partir de las siguientes elecciones, sea PP o PSOE el que gobierne -eso suponiendo que no se hundan hasta niveles insispechados-será con los magentas con los que tendrán que pactar. Así, los de CiU, ante la imposibilidad de influír directamente en el Gobierno -lo cual, dicho sea de paso, siempre supuso un agravio comparativo para el resto de Comunidades Autónomas para conservar su cuota de poder no les quedaba otra que optar por el soberanismo. Claro, porque en el futuro sólo tendrán un sitio donde conservarla: el Parlament de Catalunya.
La solución la veo realmente complicada, pues, en mi opinión, sólo hay una manera de que Cataluña se quede en España: suicidándose el Partido Popular. Es decir, el Partido Popular debería rebajar la tensión con Cataluña lo suficiente como para propiciar un nuevo intento de acuerdo en el pacto fiscal, y después debería aceptar el órdago de Más, a cambio de que los catalanistas apostaran por la convivencia desechando la deriva soberanista "para siempre". Dándole "a los catalanes lo que quieran", es verdad que se ahonda en el histórico agravio comparativo entre comunidades autónomas, lo cual será un argumento que podrá esgrimir UPyD para defender honestamente su programa; pero se dejaría sin argumentos a los de CiU. ¿Por qué?
Porque claro está que CiU plantea el "pacto fiscal" como algo que sabe que el Gobierno no aceptará, para poder tener excusa a la hora de plantear la independencia y conservar así su cuota de poder, allá donde se les deje: como en el Congreso ya será imposible, sólo les queda el Parlament. Pero, si el PP acepta su órdago para que renuncien a la independencia; ¿qué haría CiU después? Lo normal es que el triunfo en el pacto fiscal les hiciera ganar bastantes votos en Cataluña, pero se encontraría en una situación bastante delicada. Incoherente con sus proclamas del pasado al rechazar ahora la independencia y seguir sin tener poder de influencia real en el Congreso, seguirían perdiendo votos por su gestión de la crisis y sus casos de corrupción; ¿qué harán entonces para seguir ganando votos y conservar su cuota de poder? Pedir más y más, y Mas volverá a pedir dentro de un lustro otro pacto fiscal y si vuelven a decirle que no: pues volvería a un "me enfado y no respiro" pidiendo la independencia.
Pero en un lustro, o los años que sean, lo normal es que CiU haya terminado perdiendo bastantes votos. El PP, si bien es verdad que se hubiere suicidado en España, el pacto fiscal le hubiera hecho crecer electoralmente en Cataluña. ERC y CUP crecerían también bastante ante las incoherencias de CiU -entre otras muchas razones. Y los partidos que llevan un discurso conciliador para que Cataluña se quede en España -PSC y Ciutadans- lo normal es que también crezcan. Si bien es verdad que son dos partidos de diferente naturaleza, ambos tendrían ante sí el importante reto de dirigirse a los catalanistas moderados, para argumentarles desde la moderación que "mejor unidos". Ahora bien, aunque estos dos partidos afrontaran este reto con la responsabilidad que merece desde ya: si el PP no se suicida, mucho me temo que será tarde, y que Cataluña se convertirá en poco tiempo en un Estado independiente. Vayámonos haciendo a la idea.
Vivimos tiempos difíciles. Tiempos tan difíciles en los que, luchar por la convivencia debería volverse una emergencia: ¡es como si hubiéramos olvidado que la paz es un tesoro! Bien, ante la imposibilidad de dar propuestas serias ante la grave crisis de empleo y de dar confianza para que se vuelva a confiar en las instituciones, los partidos que no son PPSOE tienden a radicalizarse. Ya dediqué unas líneas a hablar sobre IUPyD, ahora me toca hablar de CiU. Y bien, ¿qué hay detrás del reciente cambio de estrategia con el que rompen con su nacionalismo catalán moderado para defender abiertamente la independencia?
Como castellano, y para empezar, no puedo sino respetar y tratar de ponernerme en el lugar de los que reivindican la independencia. Soy de los que piensa que no debería basarse la política en los sentimientos, pero ante todo, lo que no se puede es obviarlos. No soy catalán, luego insisto, como castellano, no puedo sino respetar las reivindicaciones de todos aquellos cuya realidad no conozco de cerca. Ahora bien, ¿es honesto que CiU pida la independencia de Cataluña? No, en absoluto. Me resulta mucho más honesto que pida la independencia ERC o que surja un partido como la CUP - Candidatura d'Unitat Popular. Pero no CiU.
CiU no, porque CiU es un partido que lo único que pretende es conservar su cuota de poder. Es un partido que forma parte de la oligarquía política, que ante la imposibilidad de combatir la crisis de empleo -recordemos que la tasa de desempleo en Cataluña en febrero de 2013 ha sido del 24% - y con unos cuantos casos de corrupción a su alrededor, prefieren "que se hable de otra cosa". No quiero decir con esto que la reivincicación de la secesión no sea sincera, ¡claro que lo es!, ¡claro que quieren separarse!, la pregunta es ¿por qué ahora y no antes?
Pues mire usté, todo parece indicar que fue el fracaso en la reunión que tuvieron Mariano Rajoy y Artur Mas sobre el pacto fiscal lo que precipitó todo. Pero es que era una reunión que estaba condenada al fracaso. Por un lado teníamos a un Rajoy que, al gobernar con mayoría absoluta, podía permitirse la soberbia de no dar su brazo a torcer. Lo cierto es que eran coherentes con su ideario y podían argumentar, con razón, que eran los de CiU los que no cedían. Pero es que además, pudo pensar, con fines electoralistas que, si cedía lo más mínimo ante las presiones de Mas en pos de la convivencia, sería fuertemente criticado por UPyD. El caso es que, con tal desastre en las encuestas - recordemos que en septiembre de 2012, el PP tenía el 30,9% y UPyD el 9,8% de intención de voto- los populares no podían permitirse el lujo de perder más apoyo electoral en favor del partido magenta.
Por otro lado, ante este panorama, y con la estrategia premeditada de convocar elecciones la semana subsiguiente a la reunión con Rajoy: Más lo sabía, y sólo por eso, aquel era el momento de pedir la luna. Sin embargo, no creo que Convergencia i Unió fuera a cambiar su estrategia -probablemente para siempre- por una coyuntura electoralista. La razón que hay detrás de la deriva soberanista de CiU es precisamente UPyD. El futuro es implacable, y estando las cosas como están, CiU sabe que jamás volverá a ser partido bisagra. Ahora el PP tiene mayoría absoluta, pero a partir de las siguientes elecciones, sea PP o PSOE el que gobierne -eso suponiendo que no se hundan hasta niveles insispechados-será con los magentas con los que tendrán que pactar. Así, los de CiU, ante la imposibilidad de influír directamente en el Gobierno -lo cual, dicho sea de paso, siempre supuso un agravio comparativo para el resto de Comunidades Autónomas para conservar su cuota de poder no les quedaba otra que optar por el soberanismo. Claro, porque en el futuro sólo tendrán un sitio donde conservarla: el Parlament de Catalunya.
La solución la veo realmente complicada, pues, en mi opinión, sólo hay una manera de que Cataluña se quede en España: suicidándose el Partido Popular. Es decir, el Partido Popular debería rebajar la tensión con Cataluña lo suficiente como para propiciar un nuevo intento de acuerdo en el pacto fiscal, y después debería aceptar el órdago de Más, a cambio de que los catalanistas apostaran por la convivencia desechando la deriva soberanista "para siempre". Dándole "a los catalanes lo que quieran", es verdad que se ahonda en el histórico agravio comparativo entre comunidades autónomas, lo cual será un argumento que podrá esgrimir UPyD para defender honestamente su programa; pero se dejaría sin argumentos a los de CiU. ¿Por qué?
Porque claro está que CiU plantea el "pacto fiscal" como algo que sabe que el Gobierno no aceptará, para poder tener excusa a la hora de plantear la independencia y conservar así su cuota de poder, allá donde se les deje: como en el Congreso ya será imposible, sólo les queda el Parlament. Pero, si el PP acepta su órdago para que renuncien a la independencia; ¿qué haría CiU después? Lo normal es que el triunfo en el pacto fiscal les hiciera ganar bastantes votos en Cataluña, pero se encontraría en una situación bastante delicada. Incoherente con sus proclamas del pasado al rechazar ahora la independencia y seguir sin tener poder de influencia real en el Congreso, seguirían perdiendo votos por su gestión de la crisis y sus casos de corrupción; ¿qué harán entonces para seguir ganando votos y conservar su cuota de poder? Pedir más y más, y Mas volverá a pedir dentro de un lustro otro pacto fiscal y si vuelven a decirle que no: pues volvería a un "me enfado y no respiro" pidiendo la independencia.
Pero en un lustro, o los años que sean, lo normal es que CiU haya terminado perdiendo bastantes votos. El PP, si bien es verdad que se hubiere suicidado en España, el pacto fiscal le hubiera hecho crecer electoralmente en Cataluña. ERC y CUP crecerían también bastante ante las incoherencias de CiU -entre otras muchas razones. Y los partidos que llevan un discurso conciliador para que Cataluña se quede en España -PSC y Ciutadans- lo normal es que también crezcan. Si bien es verdad que son dos partidos de diferente naturaleza, ambos tendrían ante sí el importante reto de dirigirse a los catalanistas moderados, para argumentarles desde la moderación que "mejor unidos". Ahora bien, aunque estos dos partidos afrontaran este reto con la responsabilidad que merece desde ya: si el PP no se suicida, mucho me temo que será tarde, y que Cataluña se convertirá en poco tiempo en un Estado independiente. Vayámonos haciendo a la idea.
miércoles, marzo 13, 2013
Menos AVE y más transporte de mercancías
La modernidad nos ha demostrado que la alta velocidad de pasajeros no sirve para mucho cuando se tiene una red de aeropuertos competitiva. Las aerolíneas de bajo coste funcionan bien y, salvo para trayectos cortos, viajar en avión es mucho más rápido que en tren. Salvo felices excepciones, como las líneas Madrid-Toledo, Madrid-Segovia, Sevilla-Córdoba y alguna otra del mismo estilo, es decir, capaces de conectar ciudades que no están mucho más lejos de 100 km, la alta velocidad como símbolo de progreso no es más que un mero espejismo
Así, levantar media España (y parte de Europa) para conectar ciudades lejanas mediante la alta velocidad, me parece un completo despropósito. No le veo ningún sentido a conectar Madrid y La Coruña, o Madrid y Lisboa, o Madrid y Bilbao. No para pasajeros: ya tenemos aeropuertos. Al menos las líneas ya construídas son las que conectan las principales ciudades, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga (y Valladolid, Huesca y Albacete, que no pillaban demasiado lejos). Pero sin ningún lugar a dudas, y sobre todo en tiempos de crisis, es necesario echar el pie a tierra y paralizar las obras de alta velocidad. De las que están en construcción, solo cotinuaría con dos de ellas: Santiago - Vigo, y Málaga -Sevilla.
A priori, no el resto. Es necesario hacer un estudio de viabilidad en la reconversión de todos esos proyectos en redes de mercancías, y comenzar, sin duda, por aquellos que potencien la industria, es decir, reforzar el tráfico de mercancías entre las zonas industriales y los puertos. Hay que aprovechar las zonas en las que ya se desarrollaba industria en España volverla competitiva con inversiones en I+D (recordemos que España está a la cola de Europa en esto de la innovación), pero también invirtiendo en ferrocarril de mercancías para ser competitivos a la hora de exportar.
Y bien, una de las grandes oportunidades que tiene España es, sin duda, Marruecos. Marruecos es nuestro segundo país vecino en población (tiene casi 32 millones de habitantes) y estamos explotando muy mal el comercio con este país. No puede ser que históricamente Francia siempre haya sido capaz de comerciar mejor con ellos, estando más lejos. Afortunadamente para España, la globalización y la lógica se acaba imponiendo y las últimas informaciones nos dicen que por primera vez, el comercio español con el Estado magrebí, supera al francés.
Si los españoles fuéramos capaces de potenciar eso, sería sin duda muy bueno para ambas partes: España y Marruecos. Y bien, vergüenza debería darnos que siendo un país líder en la construcción de infraestructuras, no tengamos una mínima inteligencia colectiva de hacerlas allá donde hacen falta. Las numerosas concesiones caciquiles de los gobiernos centrales, lo popularmente conocido como "el café para todos", nos han hecho perder totalmente la perspectiva. Porque así, a priori, y sin hacer un estudio serio, hay dos infraestructuras que hay que hacer con prioridad: el eje mediterráneo, que conectaría con una fuerte red ferroviaria de mercancias los puertos de Barcelona, Valencia y Algeciras, y así mismo, una línea (que formaría parte del corredor central) que vertebrara Andalucía y conectara Algeciras con Madrid (lo cual sería el primer paso indispensable para reforzar la red hacia el País Vasco y Galicia).
Así, levantar media España (y parte de Europa) para conectar ciudades lejanas mediante la alta velocidad, me parece un completo despropósito. No le veo ningún sentido a conectar Madrid y La Coruña, o Madrid y Lisboa, o Madrid y Bilbao. No para pasajeros: ya tenemos aeropuertos. Al menos las líneas ya construídas son las que conectan las principales ciudades, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga (y Valladolid, Huesca y Albacete, que no pillaban demasiado lejos). Pero sin ningún lugar a dudas, y sobre todo en tiempos de crisis, es necesario echar el pie a tierra y paralizar las obras de alta velocidad. De las que están en construcción, solo cotinuaría con dos de ellas: Santiago - Vigo, y Málaga -Sevilla.
A priori, no el resto. Es necesario hacer un estudio de viabilidad en la reconversión de todos esos proyectos en redes de mercancías, y comenzar, sin duda, por aquellos que potencien la industria, es decir, reforzar el tráfico de mercancías entre las zonas industriales y los puertos. Hay que aprovechar las zonas en las que ya se desarrollaba industria en España volverla competitiva con inversiones en I+D (recordemos que España está a la cola de Europa en esto de la innovación), pero también invirtiendo en ferrocarril de mercancías para ser competitivos a la hora de exportar.
Y bien, una de las grandes oportunidades que tiene España es, sin duda, Marruecos. Marruecos es nuestro segundo país vecino en población (tiene casi 32 millones de habitantes) y estamos explotando muy mal el comercio con este país. No puede ser que históricamente Francia siempre haya sido capaz de comerciar mejor con ellos, estando más lejos. Afortunadamente para España, la globalización y la lógica se acaba imponiendo y las últimas informaciones nos dicen que por primera vez, el comercio español con el Estado magrebí, supera al francés.
Si los españoles fuéramos capaces de potenciar eso, sería sin duda muy bueno para ambas partes: España y Marruecos. Y bien, vergüenza debería darnos que siendo un país líder en la construcción de infraestructuras, no tengamos una mínima inteligencia colectiva de hacerlas allá donde hacen falta. Las numerosas concesiones caciquiles de los gobiernos centrales, lo popularmente conocido como "el café para todos", nos han hecho perder totalmente la perspectiva. Porque así, a priori, y sin hacer un estudio serio, hay dos infraestructuras que hay que hacer con prioridad: el eje mediterráneo, que conectaría con una fuerte red ferroviaria de mercancias los puertos de Barcelona, Valencia y Algeciras, y así mismo, una línea (que formaría parte del corredor central) que vertebrara Andalucía y conectara Algeciras con Madrid (lo cual sería el primer paso indispensable para reforzar la red hacia el País Vasco y Galicia).
jueves, marzo 07, 2013
¡Que no nos representan! ¿CÓMO? ¿Acaso lo has intentado?
"¡Que no, que no, que no nos representan!" es uno de los gritos que más recuerdo -y que yo mismo pronuncié- durante la primera semana de 15M en Madrid. Si ya entonces era un cántico al que cualquiera tenía ganas de adherirse, viendo que en las últimas encuestas la corrupción representa uno de los principales problemas para el 40% de los entrevistados -batiendo, por cierto, el récord de 1995 con Felipe González- con la misma lógica con la que entonces cantábamos aquello, ahora es un cántico que habría de estar más que vigente. Y no cabe duda de que, como cántico de protesta y reivindicativo, lo está más que nunca.
Sin embargo, en este punto, no tengo sino que dar una colleja al movimiento -a aquella parte susceptible de darse por aludida- al respecto de su (no) presencia en las instituciones. A pesar de lo que decían -o dicen-algunos medios de la derecha rancia sobre el movimiento: "no queremos sustituir la democracia por otra cosa" -los habrá que sí- sino que, como movimiento transversal y de protesta, se sacan para afuera con visceralidad las resignaciones de muchas personas que se sienten engañadas por "el sistema". No obstante, como ya dicen muchas voces críticas: buena parte de los movimientos sociales no surgen de la solidaridad, sino de la simple indignación. Así, hay mucha gente que no sale a la calle para cambiar las cosas, no; salen para simplemente gritarle al político: ¿qué hay de lo mío? Cuando nos tocan el bolsillo. Cuando nos aumentan la jornada laboral, nos bajan el sueldo, nos echan del trabajo, nos suben el pan, o nos desahucian, es entonces... cuando exigimos soluciones. Antes, nunca se nos había ocurrido escribirle amablemente a un diputado para preguntarle por la tramitación de tal o cual ley y... dicho sea de paso, cuando todo iba bien, nos daba igual que hubiera corruptos. Total... son políticos, lo llevan en la sangre, ¿no?
Pero ahora, cuando llegan los problemas de verdad, después de muchos años sin haber siquiera intentado hablar con los políticos, desde nuestras posiciones de "ciudadanos de a pie", nos indignamos. Nos indignamos y les colapsamos Twitter haciendo escrache. Y en este punto quería hacer una importante matización. Y es que no es que el escrache me parezca una práctica reprobable; pues, ante todo, lo reprobable es calificar la presión social como un 'viejo totalitarismo bajo nuevas formas', perlita que soltó Andrés Herzog, de UPyD.
¿Qué quiero decir entonces? Pues que muchas personas del 15M se escudan en la actitud cobarde de criticar al político "sin proponer a cambio una alternativa". Con lo que, es un buen momento de parafrasear a Kennedy, "ask not what your country can do for you--ask what you can do for your country". Pues eso, si de verdad no nos representan y tal cosa nos preocupa, en lugar de ir a las manifestaciones enfurecidos y resignados, ¿por qué no pararnos a pensar qué podemos aportar nosotros para mejorar todo esto?
El problema es la resignación. Una falta de costumbre a luchar por lo que creemos justo. La convicción de que lo que pedimos es imposible pedirlo "de buena manera". Habrá gente que lleve toda la vida luchando y ahora ya no le quede más que su legítimo derecho a protestar. Pero, ¿y los jóvenes? ¿Qué narices es eso de jóvenes quemando contenedores, tirando huevos a políticos y diciendo que ese señor de corbata y ridícula sonrisa no le representa? ¿Acaso le has ayudado a que te represente?
Los nuevos tiempos y el propio 15M nos han traído nuevas oportunidades de participación política. Una de ellas son las asambleas de barrio, a partir de las cuales, además de organizarse lo que suelen denominarse como "acciones", podrían crearse (más) partidos políticos locales independientes, y de esa manera cambiar la política municipal desde dentro de las instituciones. Otra forma es aprovechar las oportunidades que nos brinda la web con la llamada política 2.0. Hay miles de políticos con perfil en Twitter, ¿acaso has intentado hablar con él/ella? Es probable que tropieces muchas veces, que des con perfiles llevados por "funcionarios enchufados", pero los políticos, aunque muchas veces no queramos verlo: son personas. Y es muy probable que ese concejal de tu pueblo al que tento odias, esté encantado de recibirte en su despacho para que puedas contarle tus reivindicaciones, sin pelos en la lengua, pero con educación.
Inténtalo. Habla con los políticos, intenta hacerte entender. Proponles cosas para ayudarles a mejorar, o intenta sustiruirles presentándote tú. Ten paciencia, las cosas nunca salen a la primera. Pero si después de intentar todo esto, sigues sin sentirte escuchado, entonces ya sí: sal a la calle y canta. Lo llaman democracia y no lo es. Que no nos representan. Escupe sobre la foto de los políticos en los periódicos. O arranca la foto y tírale dardos. Colápsale el twitter con exigencias. Pero antes de todo eso: inténtalo.
viernes, marzo 01, 2013
¿Hasta dónde rebosa la MIERDA en el PSOE?
Si comparamos la política de hoy en día, nuestros derechos y deberes, el Estado del bienestar -ese que están tratando de desmantelar- con los de otro siglo, seamos sensatos: hoy, prácticamente todo tiene algo de socialdemocracia. La mayoría de los partidos del espectro político son en buena medida socialdemócratas. Unos más que otros. Claro está.
UPyD, por ejemplo. Se viste de centrismo, nacionalismo español y ha decidido ponerse en contra a los movimientos sociales -como cuando exageran sobremanera calificando el escrache propuesto por la Plataformas de Afectados por la Hipoteca como una forma de totalitarismo. Por otro lado, apelan al voto del miedo con dos proclamas. Una más clásica, utilizada desde antes de nacer como partido: "cuidado con la izquierda abertxale, si usted no vota a UPyD, ETA volverá, votennos pues". Y otra intensificada en los últimos tiempos, eso de: "que vienen los comunistas".
¿Entonces? ¿Qué puede hacer un votante socialdemócrata? Ante todo que VOTE, que no se quede en casa, que elija su vestido preferido: el rojo, o el magenta. Como votante, poco más. ¿Y como militante? Pues a los militantes honestos del PSOE, les mando desde aquí toda mi fuerza. ¡Tengan lo que hay que tener, y defenestren de una vez por todas a todos esos trepas y corruptos!
UPyD, por ejemplo. Se viste de centrismo, nacionalismo español y ha decidido ponerse en contra a los movimientos sociales -como cuando exageran sobremanera calificando el escrache propuesto por la Plataformas de Afectados por la Hipoteca como una forma de totalitarismo. Por otro lado, apelan al voto del miedo con dos proclamas. Una más clásica, utilizada desde antes de nacer como partido: "cuidado con la izquierda abertxale, si usted no vota a UPyD, ETA volverá, votennos pues". Y otra intensificada en los últimos tiempos, eso de: "que vienen los comunistas".
Bien, toda esa estrategia electoral les sirve para hacer crecer a un electorado socialdemócrata pero que es afín a esas premisas. Es verdad que su discurso es sectario, pues con él logran dividir a la población en dos, sin embargo... con sus actos demuestran que son socialdemócratas y que -de al menos de momento- ideas para mejorar las instituciones sí que tienen. Por ejemplo, las leyes contra el enchufismo que proponen en la Comunidad de Madrid. Por ejemplo, la querella a Bankia. Por ejemplo, la ley de segunda oportunidad contra desahucios -que parece tener un marco jurídico más justo que la ILP de la PAH. Y, por ejemplo, la reivindicación del cambio en la ley electoral.
Y por otro lado tenemos a Izquierda Unida, que allá donde ha estado gobernando -salvo en Marinaleda, donde son más radicales- hace cosas bastante razonables. Por ejemplo, presupuestos participativos en Rivas-Vaciamadrid. Por ejemplo, la lucha del otrora alcalde de Seseña contra la burbuja inmobiliaria, personalizada en 'el pocero'. Y a Izquierda Unida también hay que reconocerle, obviamente la defensa de la dación en pago y el cambio en la ley electoral. Pero claro, Izquierda Unida tiene un discurso caduco, apelando a calificativos que sólo entienden los ya convencidos dentro del comunismo -como 'marxismo'- cuando en la práctica de la sociedad actual, lo que defienden sigue siendo lo mismo: una mejora de la socialdemocracia y de las instituciones democráticas. Pero se visten de comunistas. Quiero pensar que esto es más visceral que premeditado, pero el resultado es el mismo: "dividen a la población en dos".
Y mientras, en esta defensa de "una mejora de la socialdemocracia y de las instituciones democráticas", ¿dónde DIANTRES está el PSOE? Ante dos partidos que se esfuerzan en hacer crecer su base electoral -UPyD e IU- diciendo ambos cosas buenas pero vistiéndose de manera diferente, ¿dónde está el PSOE?
El PSOE es un partido que tiene -o debería tener- vocación de defender una socialdemocracia desde la posición de un centro-izquierda integrador. Con vocación de ser lo suficientemente transversal como para representar todo ese espectro político, huyendo del sectarismo del que -cada vez más frecuentemente- hacen gala IU y UPyD. Pero no hace nada. NADA.
Y no tengo ninguna duda de que a sus bases les gustaría que el PSOE cambiara de una vez por todas DE VERDAD. Pero no lo hace. La corrupción y las redes clientelares creadas durante 30 años en torno al partido deben de ser tan férreas que cualquier intento de los militantes de base para cambiarlo será en vano. Si es que los hay, porque quizá estén la mayoría en la inopia pensando en lo malo que es el PP y lo buenos que son ellos. En cualquier caso, hay demasiados intereses de por medio.
Así que mi pregunta es: ¿hasta dónde rebosa la MIERDA en el PSOE? ¿Por qué no espabilan de una vez los militantes honrados y hacen... lo que sea? No sé. Algo. Aunque sea solo un discurso. Aunque ese discurso no sirva para mucho más que alimentar el debate -como hizo Beatriz Talegón. Pero no. Nadie hace nada.
Los socialistas callan, se llenan la boca con la lucha contra la corrupción, pero están de mierda hasta el cuello. Y aquí no dimite ni el Tato. Griñán sigue de Presidente de la Junta de Andalucía, José Blanco sigue siendo diputado, la esposa de Rubalcaba tiene una ONG que recibe cuantiosas donaciones -lo cual es como poco... indecoroso... están pringados con los consejos de administración de las cajas de ahorros, etcétera y etcétera; y NO señalan a los corruptos. Callan. Y por otro lado, no afrontan los nuevos de la socialdemocracia: siguen sin querer tocar la ley electoral. Así que, tal y como están ahora las cosas, NO podemos permitirnos votar al PSOE. No podemos.
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