UPyD, por ejemplo. Se viste de centrismo, nacionalismo español y ha decidido ponerse en contra a los movimientos sociales -como cuando exageran sobremanera calificando el escrache propuesto por la Plataformas de Afectados por la Hipoteca como una forma de totalitarismo. Por otro lado, apelan al voto del miedo con dos proclamas. Una más clásica, utilizada desde antes de nacer como partido: "cuidado con la izquierda abertxale, si usted no vota a UPyD, ETA volverá, votennos pues". Y otra intensificada en los últimos tiempos, eso de: "que vienen los comunistas".
Bien, toda esa estrategia electoral les sirve para hacer crecer a un electorado socialdemócrata pero que es afín a esas premisas. Es verdad que su discurso es sectario, pues con él logran dividir a la población en dos, sin embargo... con sus actos demuestran que son socialdemócratas y que -de al menos de momento- ideas para mejorar las instituciones sí que tienen. Por ejemplo, las leyes contra el enchufismo que proponen en la Comunidad de Madrid. Por ejemplo, la querella a Bankia. Por ejemplo, la ley de segunda oportunidad contra desahucios -que parece tener un marco jurídico más justo que la ILP de la PAH. Y, por ejemplo, la reivindicación del cambio en la ley electoral.
Y por otro lado tenemos a Izquierda Unida, que allá donde ha estado gobernando -salvo en Marinaleda, donde son más radicales- hace cosas bastante razonables. Por ejemplo, presupuestos participativos en Rivas-Vaciamadrid. Por ejemplo, la lucha del otrora alcalde de Seseña contra la burbuja inmobiliaria, personalizada en 'el pocero'. Y a Izquierda Unida también hay que reconocerle, obviamente la defensa de la dación en pago y el cambio en la ley electoral. Pero claro, Izquierda Unida tiene un discurso caduco, apelando a calificativos que sólo entienden los ya convencidos dentro del comunismo -como 'marxismo'- cuando en la práctica de la sociedad actual, lo que defienden sigue siendo lo mismo: una mejora de la socialdemocracia y de las instituciones democráticas. Pero se visten de comunistas. Quiero pensar que esto es más visceral que premeditado, pero el resultado es el mismo: "dividen a la población en dos".
Y mientras, en esta defensa de "una mejora de la socialdemocracia y de las instituciones democráticas", ¿dónde DIANTRES está el PSOE? Ante dos partidos que se esfuerzan en hacer crecer su base electoral -UPyD e IU- diciendo ambos cosas buenas pero vistiéndose de manera diferente, ¿dónde está el PSOE?
El PSOE es un partido que tiene -o debería tener- vocación de defender una socialdemocracia desde la posición de un centro-izquierda integrador. Con vocación de ser lo suficientemente transversal como para representar todo ese espectro político, huyendo del sectarismo del que -cada vez más frecuentemente- hacen gala IU y UPyD. Pero no hace nada. NADA.
Y no tengo ninguna duda de que a sus bases les gustaría que el PSOE cambiara de una vez por todas DE VERDAD. Pero no lo hace. La corrupción y las redes clientelares creadas durante 30 años en torno al partido deben de ser tan férreas que cualquier intento de los militantes de base para cambiarlo será en vano. Si es que los hay, porque quizá estén la mayoría en la inopia pensando en lo malo que es el PP y lo buenos que son ellos. En cualquier caso, hay demasiados intereses de por medio.
Así que mi pregunta es: ¿hasta dónde rebosa la MIERDA en el PSOE? ¿Por qué no espabilan de una vez los militantes honrados y hacen... lo que sea? No sé. Algo. Aunque sea solo un discurso. Aunque ese discurso no sirva para mucho más que alimentar el debate -como hizo Beatriz Talegón. Pero no. Nadie hace nada.
Los socialistas callan, se llenan la boca con la lucha contra la corrupción, pero están de mierda hasta el cuello. Y aquí no dimite ni el Tato. Griñán sigue de Presidente de la Junta de Andalucía, José Blanco sigue siendo diputado, la esposa de Rubalcaba tiene una ONG que recibe cuantiosas donaciones -lo cual es como poco... indecoroso... están pringados con los consejos de administración de las cajas de ahorros, etcétera y etcétera; y NO señalan a los corruptos. Callan. Y por otro lado, no afrontan los nuevos de la socialdemocracia: siguen sin querer tocar la ley electoral. Así que, tal y como están ahora las cosas, NO podemos permitirnos votar al PSOE. No podemos.
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