Me imagino a Pablo Iglesias asiéndose a esas barandillas, haciendo buenos equilibrismos para no caerse durante los dos últimos años. Y ahora, tras las elecciones, aparecen los movimientos tectónicos y la grieta en medio del camino. De momento hay niebla y no se sabe muy bien cuán grande es la grieta y si su integridad corre o no peligro al continuar agarrado a ambas barandillas.

Os diré lo que pasa. De momento, PODEMOS está jugando a esconder el tablero de ajedrez, a zarandearlo para despistar a su contrincante, a hacer rotar la silla de este para ver si así se despista y comete errores fatales. No me extraña. La torpeza demostrada por nuestros viejos políticos puede dar a PODEMOS aún alguna que otra victoria por, como digo, error ajeno. Pueden ganar tiempo y dar golpes de efecto en ruedas de prensa. Sí. Pero los de "la casta" aprenderán a contrarrestar sus golpes, terminarán moviendo ficha, y PODEMOS tendrá que responder, por fin, con otro movimiento.

Me parece bien que PODEMOS quiera entrar en el gobierno -lo celebraría si lo consiguiera- pero no me gusta que interpreten los resultados electorales únicamente en su propio beneficio de manera tan descarada. A mí me hubiera gustado que PSOE+PODEMOS hubieran logrado los 176 diputados, incluso que PODEMOS hubiera logrado el sorpasso. Simplemente, los números no dan, y PODEMOS está haciendo valer las prioridades electorales de las regiones en las que tiene confluencias, tratando así de eludir fisuras en tales acuerdos. Siendo así, propone mirar a Cataluña y pretender que sean los independentistas los que apuntalen un "frágil" gobierno "de progreso".
Mientras, PODEMOS parece querer ignorar que en el resto de España existe una mayoría en escaños del centro-derecha: 151 escaños de 303 supondrían una mayoría absoluta de PP y C's en "España menos Cataluña". Lo que propone PODEMOS, supondría que el peso de Cataluña en la investidura volvería a ser mucho mayor que el del resto de España -como ha pasado casi siempre en los últimos 30 años, salvo en la última legislatura. A PODEMOS se le llenaría la boca con que ese gobierno sería "plurinacional", pero pasaría lo de siempre: el resto de España volvería a estar infrarrepresentado en esa decisión de investidura.
Haciendo cuentas, sólo hay una posibilidad "plurinacional", es decir, que cuente con un apoyo amplio y equilibrado en las "dos supuestas naciones", tanto fuera como dentro de Cataluña; demos por bueno pues que "la clave catalana" ha de ser "la clave".
- Un acuerdo de investidura de PP, C's y PSOE contaría con un apoyo de un 77,6% de los escaños de fuera de Cataluña (235 de 303), y con un 38,3% de los escaños dentro de Cataluña (18 de 47). Ciertamente, los lumbreras que buscan esto parece que desean que Cataluña se aleje de España.
- Si en el acuerdo participaran PODEMOS, PSOE, UP, ERC y PNV, esto supondría un 48,5% (147 de 303) de los escaños de fuera de Cataluña, y un 61,7% de los escaños catalanes (29 de 47).
- En cambio, un acuerdo con PODEMOS, PSOE y C's equivaldría al 57,4% de los parlamentarios no catalanes (174 de 303) y el 53,2% de los catalanes (25 de 47).

Y si PODEMOS no se atreve, entonces que mueva otra ficha, ya sea la de abstenerse en una investidura de Pedro Sánchez y currárselo a largo plazo desde la oposición durante los cuatro años de legislatura, o que declare abiertamente que desea elecciones. Y que sea la gente la que juzgue.
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