La solidaridad, el aprender a ponerse en el lugar del otro, el no olvidar nunca que a pesar de la crisis somos afortunados de vivir en el primer mundo... deberían bastar para exigir a un gobierno a que reserve una buena parte de los Presupuestos Generales del Estado para contribuir al desarrollo de otros países menos industrializados. Todo eso, debería bastar también para que, sin esperar a que el Gobierno haga algo, cada uno de nosotros pongamos nuestro grano de arena y colaboremos con nuestras pequeñas aportaciones personales. Bueno, en el fondo ese es un debate recurrente, que si lo del 0,7% es una medida hipócrita, que si tal, que si cual.
No nos engañemos, vivimos en una sociedad egoísta. "Uy, todos son iguales, tú preocúpate por lo tuyo que no vas a cambiar nada". España iba bien, genial, recordemos la época de "qué decepción en la maniesfación, solamente han ido los antidisturbios". Cuando la coyuntura económica nos favorece no movemos un dedo, cuando nos desahucian, nos echan del trabajo, o nos bajan el sueldo un 20%, ah, entonces sí, todos a la huelga, pedimos democracia real, nos unimos en una marea ciudadana y todo eso.
También es lógico. La empatía alcanza a lo que podemos oler, somos capaces de sufrir con el sufrimiento de nuestros familiares y amigos, ya sean personas o animales; pero estamos insensibilizados con las desgracias que no conocemos, con aquellas cuyas causas no comprendemos. Somos cobardes porque inconscientemente nuestro instinto de supervivencia es más grande y algo nos dice por dentro que fracasaremos. Sin querer, después ya nos olvidamos de ese instinto y de ese fracaso y simplemente pasamos del tema.
Vivimos una crisis de empleo, más fuerte en España que en otros países por estallido del ladrillo, pero es que, hablando en plata, estamos jodidos. En España no solo no se apuesta por la industria, sino que se apuesta por nuevas burbujas, como la del juego con Eurovegas... que además, dicho sea de paso, ¿qué nos pensamos, que va a dar trabajo a la gran mayoría de españoles en paro? No, no. Los universitarios emigrarán a Francia y a Alemania, donde gracias a sus estudios se labrarán su futuro (que a pesar de todo lo que se diga, no hemos estado saliendo mal preparados de nuestras Universidades), y los primeros que echarán currículos a Eurovegas, en caso de que acabe haciéndose realidad: serán los inmigrantes. Sí, todos esos inmigrantes que vinieron en la época de la burbuja inmobiliaria y empezaron a hacer todos esos trabajos que los españoles no queríamos, porque nosotros éramos estupendos, claro.
Pero no he venido aquí a hablar de Eurovegas, no, sino de la industria. ¿Tenemos que apostar por la industria? ¡Porsupuestísimo que sí! Hay que ser capaces de innovar, de trabajar mejor que los alemanes y que los franceses con nuestra propia industria, pero ¿de qué sirve? ¡Si la industria siderúrgica en el momento que justifica pérdidas echa a la gente a la calle y se lleva las plantas fuera de Europa! Incluso la industra "de la buena" es incapaz de crear puestos de trabajo en Europa, por una sencilla razón: seguimos aprovechándonos de los países en vías de desarrollo.
Compramos productos a precios competitivos gracias a que las multinacionales se mudan allí y pueden pagar la mano de obra más barata. No damos ni un duro, ni nosotros como ciudadanos, ni a través de nuestros gobiernos para que esos países desarrollen su propia industria, y después puedan desarrollarse autogestionando los recursos producidos, pero después cuando las grandes multinacionales nos echan a la calle porque se llevan la fábrica allá lejos, ah, entonces sí, entonces sí salimos a la calle con conciencia de clase. Somos unos hipócritas.
Pero hay esperanza. Podemos aprovechar esta crisis para fomentar la solidaridad, para hacernos eco de la gente que no lucha por beneficio propio sino para mejorar la vida de los demás. ¿Ponemos entre todos un poco de nuestra parte?
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