Qué genial tener en España un partido bisagra que defienda un cambio en la ley electoral y tenga un posicionamiento político "entre los dos grandes"- pensábamos algunos. Qué genial tener un partido nuevo y transversal que sea capaz de mediar sin crispación entre los dos grandes para conseguir, por ejemplo, un gran consenso de Estado en las leyes educativas. ¡Qué ilusos! Para ser justos, hemos de decir que sí es verdad que este partido esté mejorando la salud de la política municipal de muchos ayuntamientos. Es un partido más: savia nueva. Sólo por eso, ya es objetivamente bueno que exista
Sin embargo, su actitud mediática, la que tiene que ver con los asuntos estatales, está dejando mucho que desear. Se les ha ido la olla. Porque, en cierto modo, están empezando a morir de éxito. Han subido mucho en las encuestas y no saben administrar el éxito. ¿No saben? Bueno, lo cierto es que mi ingenuidad tiene ciertos límites. Los partidos piensan y repiensan sus estrategias de comunicación. Así que digamos que "no me creo eso de que UPyD haga declaraciones desafortunadas". Ni cuando Carlos Martinez Gorriarán llamó cafres a los de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y a su vez en el Facebook de UPyD podía verse una obscena comparación de Ada Colau con el 23F -el del intento de golpe de Estado. Ni cuando Toni Cantó "cometió el error" de no contrastar los datos de denuncias falsas de violencia de género.
Tanto el uno como el otro llevan parte de razón en sus argumentaciones. El primero arremete contra una plataforma ciudadana que ha conseguido a base de presión social que una iniciativa legislativa popular sea admitida a trámite argumentando que dar gritos en el Congreso no son formas, y también argumenta que ellos, UPyD, tienen enmiendas que mejoran la ILP. Genial, pero lo expresan de una manera meditada que sin duda busca la confrontación.
Por otro lado Toni Cantó, asegura que la ley de género es injusta con los hombres porque se cometen abusos al obviar la presunción de inocencia de los hombres. Aunque esto sea verdad, ambos saben que, cada cual en lo suyo, exageran. Y lo han hecho aposta. Me explico. Como ciudadanos libres que expresan su parecer en Twitter dicen lo que quieren, sí, pero siempre haciéndose una pregunta subliminal: ¿"qué es lo peor que puede pasar si somos malinterpretados"? Pues... lo peor que puede pasar es que crispemos a la izquierda más "clásica". ¡Genial! Colectivos feministas, plataformas ciudadanas, Izquierda Unida, el 15M. Juegan con los sentimientos de la gente para sacar lo peorcito de sus adversarios políticos del futuro: ese espectro de izquierda que apuesta por la democracia participativa y que en parte viene de colectivos sensibles y activistas con las emociones a flor de piel. Gente con muy buena intención y con la que en parte me siento identificado, pero que no saben demasiado de márquetin político.
"¿Qué es lo peor que podría pasar si damos la imagen de querer apropiarnos del triunfo de la reivindicación de la dación en pago, ley de segunda oportunidad (o como quieran llamarla)?" -dirán- "Crisparemos a estos colectivos y lograremos vender a mucha gente que son 'una amenaza'. Esos nos votarán. Y... ¿qué es lo peor que puede pasar si nos equivocamos al dar datos sin contrastar sobre violencia de género? Lograremos encolerizar a los colectivos feministas y acabarán cometiendo excesos como 'pedir la ilegalización de UPyD'. Eso también nos dará votos de los moderados."
Lo estáis haciendo genial, seguid así. Ese partido que se supone que nació para hacer política de Estado, a lo que se dedica, ahora que el bipartidismo está herido de muerte, es a dividir a la población. Es verdad, ya hemos trascendido lo de derecha-izquierda. Esto es "otra cosa". UPyD no es que sea extrema-derecha, ni falange reconvertida, es simplemente UPyD: una nueva forma de hacer política. Una nueva forma de hacerla, sí, pero para conseguir un resultado idéntico: crispación.
Y es una pena, pero UPyD está consiguiendo su objetivo de "radicalizar a la izquierda" para venderse a sí mismos como moderados. Me atrevo a decir que IU sube a las encuestas en parte alimentando un "odio a UPyD". Estos lo saben y aprovechan el tirón esforzándose en tratar de desacreditar a UPyD, aunque casi siempre lo hacen fatal. Les siguen el juego mostrando también lo peorcito de sí mismos. Pero estos es que simplemente son así, viscerales, y están venidos arriba. Tiene su lógica, pues también es la oportunidad que IU estaba buscando para llegar a ser algo en la política activa española.
Así que, señoras y señores, ante un PP haciendo el ridículo con un presidente cobarde y una secretaria general que ya hasta hace gracia... y un PSOE repitiendo el mantra: "autocrítica, autocrítica", pero sin cambiar "ná de ná"... en las redes sociales las estrellas mediáticas son de IUPyD, que sí, esta vez no son "la misma... cosa con distinto nombre", de hecho a cada día que pasa se esfuerzan en sacar lo peorcito del otro para demostrarlo, alimentando la crsipación... y saliéndoles a ambos muy bien la historia, no hay más que ver las encuestas. Y resulta que al final, ni el uno ni el otro ponen en el centro del debate político la preocupación más importante de los españoles: EL PARO.
¿Hay solución? Por supuesto. Tanto los movimientos sociales como la gente honesta que participe dentro de los partidos, debemos esforzarnos en denunciar estos sectarismos: vengan de donde vengan. Alimentar el sectarismo del contrario con crispación para ganar votos es muy perjudicial para la salud de la política. Mas nos vale centrarnos en lo que nos une y ser cercanos y transversales de verdad. En eso consiste ha de consistir el 15M. En huir de ideologías "clásicas" y en poner cada cual su grano de arena en las iniciativas encaminadas a construir "programas electorales de mínimos", aunque no sepamos para qué sirven. Sobre todo ahora que sabemos que las Iniciativas Legislativas Populares sirven para algo.
1 comentario:
A mí también me defraudó mucho UPyD. En vez de impulsar la parte más progresista de su ideario prefirieron alinearse con el PP, y así les ha ido. Han perdido votos por la izquierda y no los han ganado por la derecha.
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