Está visto que al Partido Popular le dan igual los derechos de las mujeres, que lo único que le interesa es marear la perdiz para que no se hable de los recortes. Que se hable de esos temas controvertidos que saben que les dan votantes dentro del electorado más clásico de la derecha española. Sin embargo, ni éstos, ni los que desde de la izquierda moderada tampoco pensamos que el aborto "sea un derecho", debemos dejarnos engañar por esta maniobra del PP.
Reformando la ley del aborto y no haciendo nada más, lo primero de todo es que se le está haciendo es un flaco favor a la convivencia. ¡Qué mejor momento para intensificar la brecha social que cuando van a hacer recortes! Por un lado se está provocando a los colectivos feministas que llevan décadas luchando contra las imposiciones morales de la jerarquía católica. Por otro, es que ni siquiera va a reducirse drásticamente el número de abortos, ni va a mejorarse el clima laboral de las mujeres que se queden embarazadas y quieran que su embarazo siga su curso natural. En ese sentido, los que creemos que es necesario un feminismo constructivo, que luche por los derechos de las mujeres en general, pero también por los derechos laborales de las mujeres embarazadas en particular debemos EXIGIRLE al Partido Popular que afronte tal reto de una vez por todas. Sin excusas.
Penalizar legalmente el aborto es incompatible con la ideología liberal que dice defender el Partido Popular. El liberalismo económico que el PP defiende, y del cual se aprovecha hasta límites insospechados, permite a las empresas discriminar en los procesos de selección a las mujeres en edad de quedarse embarazadas. Para un capitalista, que una empleada suya se quede embarazada es un marrón; y sin embargo, probablemente ese capitalista votó a ese PP que penaliza el aborto sin ofrecer alternativas.
Así, con este clima tan hostil y este panorama laboral, me pongo en el lugar de las mujeres y entiendo su reivindicación, aunque personalmente me parezca la peor de las soluciones. Al Partido Popular le da exactamente igual que haya más o menos abortos: si realmente le importara, se pondría manos a la obra atacando a las mismas raíces del liberalismo. Sería mucho más ambicioso en términos de protección social para las mujeres, y se encargaría de fomentar una cultura empresarial mucho más humana y menos competitiva. Se ayudaría económicamente a las empresas en las que se dé la eventualidad de que una de sus empleadas esté esperando un bebé y el hecho de que las mujeres se sientan agusto con su embarazo dentro de la empresa, sería un motivo de orgullo para toda la empresa.
Desde mi punto de vista, mejorar sustancialmente las prestaciones sociales de las mujeres y hacer que el número de abortos descienda de manera notable, no sólo pienso que está íntimamente relacionado, sino que responde a una ideología en las antípodas de la que propone el PP y esa que el PSOE nunca puso en práctica: el SOCIALISMO.
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