Artículo del Sr. Chamorro!
En el determinismo cosmológico: todo es consecuencia directa de las leyes físicas, que rigen el universo y por tanto a nosotros mismos, puesto que somos entes físicos dentro del mismo y por lo tanto sujetos a sus leyes. Nuestro destino a la vez que el del universo, está marcado por dichas leyes.
Por lo tanto, nuestra aparente libertad está sujeta a dos estímulos externos que recibimos, las propias leyes físicas actuando sobre nosotros y las respuestas de otros individuos a las mismas leyes físicas, que por poseer un complejísimo sistema de organización molecular, y por lo tanto necesariamente distinto, serán distintas unas de otras.
Extendiendo este primer proceso en el tiempo influyen otros factores que hacen todavía más complejas nuestras respuestas, como la memoria para dar lugar al aprendizaje y las experiencias pasadas que marcarán nuestra persona.
Además hemos de tener en cuenta que, evidentemente, se trata de un proceso recíproco entre todos nosotros.
Por esta serie de razones, el proceso que explicaría nuestras acciones llega a ser tan complejo que resulta del todo impredecible. Pero no por ello deja de estar determinado por dichas leyes.
Esta teoría aplicada a los animales es impecable debido a que básicamente funcionan con "programas de reaccion rápida" frente a los estímulos, llamados instintos, y este modo de funcionar nos deja bastante clara su capacidad de elección.
Pero y nosotros, ¿acaso nuestra única manera de funcionar son los instintos?¿dónde queda en esta teoría el acto de la voluntad?¿las leyes físicas determinan entonces nuestro destino o más bien lo condicionan?¿no sería más apropiado, en vez de pensar que nuestro destino está escrito 100% por las leyes físicas, pensar que estas son el único canal para llevar a cabo nuestros actos?
Pues bien, evidentemente nuestro obrar no se explica unicamente por instintos, si bien es verdad que este obrar, el obrar instintivo, es resultado de una de las combinaciones posibles de los grandes "controladores" de nuestras acciones que son básicamente: tallo encefálico (físico), sistema límbico (emocional) y neocórtex(racional), por orden de evolución.
Bajo un estímulo conocido, el sistema límbico le agrega la correspondiente emoción y se comunica con el tallo encefálico para dar respuesta física al estímulo. Si el estímulo no es conocido, se canalizará hacia la amígdala y hacia el neocórtex que producirán una respuesta tras una comparacion con estímulos anteriores por parte de la amígdala y una racionalización de lo percibido por parte del neocórtex.
Estos dos procesos constituyen el obrar más básico del ser humano.
Hasta aquí la influencia de leyes fisicas externas, pues hay un obrar sin estímulos externos previos, el obrar a través de las ideas, un obrar que posee un motor propio y que es capaz de modificar nuestras estructuras internas a nuestro antojo (con ciertos límites claro está).
Un claro ejemplo de esto sería el movimiento de un brazo, por ejemplo, sin ninguna otra finalidad que moverlo. A través del pensamiento somos capaces de modificar las concentraciones de sodio y potasio en las disoluciones de la membrana celular, estableciendo una diferencia de potencial y con ello conseguir la propagación de una corriente eléctrica que transmitirá el impulso nervioso.
En este ejemplo se ponen de manifiesto las leyes físicas que limitan el funcionamiento de nuestro cuerpo. Pero hay algo que no depende de ellas, y es el instante en el que decidimos modificarla. Por tanto no hay ley física que explique y parametrice este acto voluntario.
Un motor similar puede explicar el propio pensamiento no determinado externamente sino que en este caso a través de un acto voluntario modificaremos una serie de neurotransmisores que a su vez harán lo mismo sobre otros.
¿En los ejemplos anteriores hemos modificado leyes físicas? Pues en principio las leyes no se han modificado, pero desde luego que hemos conseguido un alternamiento de las mismas, prevaleciendo más unas sobre otras en un momento dado y a la inversa en otro momento.
Este ejemplo nos da una prueba de que no estamos determinados por las leyes físicas, pues podemos hacer prevalecer una ley u otra a través del acto voluntario.
Al igual que sabemos que en un átomo la ley de la gravedad poco tiene que decir (mientras que la ley electromagnética prevalece mucho más) si éste pudiese en el momento que el considerase oportuno, hacer prevalecer una ley fìsica sobre la otra, y hacerlo cuantas veces gustase ¿podríamos decir que el destino del mismo átomo está determinado por esas dos leyes, o por la que más prevaleciese?¿o sería la propia elección de este átomo pensante lo que determinaría cuál de las dos leyes físicas acabaría por ser dominante?
Si podemos ejercer influencia en las leyes físicas ¿hasta qué punto podemos decir que determinan nuestro destino?
Además, la propia comprensión de las mismas leyes han hecho posible poder jugar con ellas hasta el punto en el que somos capaces de idear y construir objetos que nos permitan salvar ciertas leyes en principio dominantes. El claro ejemplo está en la gravedad y en la expediciones espaciales.
El poder llegar a comprender las leyes físicas y poder jugar con ellas, puede haber sido producto de las mismas leyes actuando en nuestros antepasados mediante la evolución hasta dar un ser con consciencia de sí mismo, y con la capacidad dicha de comprenderlas y manejarlas.
Hasta entonces las leyes fisicas escribieron su destino, pero una vez capaz de manejarlas y vencerlas, el ser humano deja de estar a su entera merced y a lo sumo estas encuadrarán su destino.
En el determinismo cosmológico: todo es consecuencia directa de las leyes físicas, que rigen el universo y por tanto a nosotros mismos, puesto que somos entes físicos dentro del mismo y por lo tanto sujetos a sus leyes. Nuestro destino a la vez que el del universo, está marcado por dichas leyes.
Por lo tanto, nuestra aparente libertad está sujeta a dos estímulos externos que recibimos, las propias leyes físicas actuando sobre nosotros y las respuestas de otros individuos a las mismas leyes físicas, que por poseer un complejísimo sistema de organización molecular, y por lo tanto necesariamente distinto, serán distintas unas de otras.
Extendiendo este primer proceso en el tiempo influyen otros factores que hacen todavía más complejas nuestras respuestas, como la memoria para dar lugar al aprendizaje y las experiencias pasadas que marcarán nuestra persona.
Además hemos de tener en cuenta que, evidentemente, se trata de un proceso recíproco entre todos nosotros.
Por esta serie de razones, el proceso que explicaría nuestras acciones llega a ser tan complejo que resulta del todo impredecible. Pero no por ello deja de estar determinado por dichas leyes.
Esta teoría aplicada a los animales es impecable debido a que básicamente funcionan con "programas de reaccion rápida" frente a los estímulos, llamados instintos, y este modo de funcionar nos deja bastante clara su capacidad de elección.
Pero y nosotros, ¿acaso nuestra única manera de funcionar son los instintos?¿dónde queda en esta teoría el acto de la voluntad?¿las leyes físicas determinan entonces nuestro destino o más bien lo condicionan?¿no sería más apropiado, en vez de pensar que nuestro destino está escrito 100% por las leyes físicas, pensar que estas son el único canal para llevar a cabo nuestros actos?
Pues bien, evidentemente nuestro obrar no se explica unicamente por instintos, si bien es verdad que este obrar, el obrar instintivo, es resultado de una de las combinaciones posibles de los grandes "controladores" de nuestras acciones que son básicamente: tallo encefálico (físico), sistema límbico (emocional) y neocórtex(racional), por orden de evolución.
Bajo un estímulo conocido, el sistema límbico le agrega la correspondiente emoción y se comunica con el tallo encefálico para dar respuesta física al estímulo. Si el estímulo no es conocido, se canalizará hacia la amígdala y hacia el neocórtex que producirán una respuesta tras una comparacion con estímulos anteriores por parte de la amígdala y una racionalización de lo percibido por parte del neocórtex.
Estos dos procesos constituyen el obrar más básico del ser humano.
Hasta aquí la influencia de leyes fisicas externas, pues hay un obrar sin estímulos externos previos, el obrar a través de las ideas, un obrar que posee un motor propio y que es capaz de modificar nuestras estructuras internas a nuestro antojo (con ciertos límites claro está).
Un claro ejemplo de esto sería el movimiento de un brazo, por ejemplo, sin ninguna otra finalidad que moverlo. A través del pensamiento somos capaces de modificar las concentraciones de sodio y potasio en las disoluciones de la membrana celular, estableciendo una diferencia de potencial y con ello conseguir la propagación de una corriente eléctrica que transmitirá el impulso nervioso.
En este ejemplo se ponen de manifiesto las leyes físicas que limitan el funcionamiento de nuestro cuerpo. Pero hay algo que no depende de ellas, y es el instante en el que decidimos modificarla. Por tanto no hay ley física que explique y parametrice este acto voluntario.
Un motor similar puede explicar el propio pensamiento no determinado externamente sino que en este caso a través de un acto voluntario modificaremos una serie de neurotransmisores que a su vez harán lo mismo sobre otros.
¿En los ejemplos anteriores hemos modificado leyes físicas? Pues en principio las leyes no se han modificado, pero desde luego que hemos conseguido un alternamiento de las mismas, prevaleciendo más unas sobre otras en un momento dado y a la inversa en otro momento.
Este ejemplo nos da una prueba de que no estamos determinados por las leyes físicas, pues podemos hacer prevalecer una ley u otra a través del acto voluntario.
Al igual que sabemos que en un átomo la ley de la gravedad poco tiene que decir (mientras que la ley electromagnética prevalece mucho más) si éste pudiese en el momento que el considerase oportuno, hacer prevalecer una ley fìsica sobre la otra, y hacerlo cuantas veces gustase ¿podríamos decir que el destino del mismo átomo está determinado por esas dos leyes, o por la que más prevaleciese?¿o sería la propia elección de este átomo pensante lo que determinaría cuál de las dos leyes físicas acabaría por ser dominante?
Si podemos ejercer influencia en las leyes físicas ¿hasta qué punto podemos decir que determinan nuestro destino?
Además, la propia comprensión de las mismas leyes han hecho posible poder jugar con ellas hasta el punto en el que somos capaces de idear y construir objetos que nos permitan salvar ciertas leyes en principio dominantes. El claro ejemplo está en la gravedad y en la expediciones espaciales.
El poder llegar a comprender las leyes físicas y poder jugar con ellas, puede haber sido producto de las mismas leyes actuando en nuestros antepasados mediante la evolución hasta dar un ser con consciencia de sí mismo, y con la capacidad dicha de comprenderlas y manejarlas.
Hasta entonces las leyes fisicas escribieron su destino, pero una vez capaz de manejarlas y vencerlas, el ser humano deja de estar a su entera merced y a lo sumo estas encuadrarán su destino.
Fdo: SR.CHAMORRO!
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